La Audiencia Provincial de Toledo ha condenado a 12 años de prisión al acusado de estrangular y matar a otro hombre en San Pablo de los Montes (Toledo) en octubre de 2020 y a siete años de cárcel menos un día a otro de los procesados, como cómplice del mismo delito.
En la sentencia, la Audiencia de Toledo condena también a ambos a hacer frente a una indemnización de 100.000 euros para los hermanos de la víctima, así como absuelve al tercer procesado del delito de homicidio.
El veredicto dictado por el tribunal del jurado tras la vista oral celebrada la semana del 19 de septiembre fue de culpabilidad para el autor de la muerte y para el cómplice, al tiempo que el jurado declaró no culpable a un tercer acusado.
Según los hechos probados para el jurado, la víctima, de 56 años cuando ocurrieron los hechos, residía solo en un domicilio en San Pablo de los Montes y era consumidor habitual de cocaína y heroína, que también vendía a terceras personas en su casa.
Los tres acusados se conocían con anterioridad y tenían relación de amistad entre ellos, hasta el punto de que la víctima permitía desde hacía varios meses que dos de ellos vivieran en una parcela de su propiedad en el municipio de Retuerta del Bullaque (Ciudad Real).
Los tres estuvieron juntos el 4 de octubre de 2020 y sobre las 21:30 horas se desplazaron desde Sonseca (Toledo) a San Pablo de los Montes y aparcaron el vehículo en la calle donde residía la víctima, ya que sabían que podía tener marihuana y otros estupefacientes en su domicilio.
Se pusieron de acuerdo para entrar en la casa y robarle
Se pusieron de acuerdo para entrar en la casa y robarle, utilizando los medios que fueran necesarios e incluso la violencia, recoge la sentencia.
El autor del homicidio entró en la vivienda, mientras que el cómplice se quedaba vigilando y el otro acusado en el interior del coche, pero la víctima se negó a darle y decirle dónde estaba la droga, así que el condenado a 12 años le propinó varios golpes en la cabeza, por los que cayó al suelo. Luego le estranguló hasta que murió por asfixia ante la ausencia de oxígeno.
Sin que conste probado que lograra sustraer efecto alguno, el autor del estrangulamiento salió de la casa al grito de «¡vámonos, vámonos!» y alertó al amigo que seguía vigilando para que se montaran en el coche, donde les esperaba el tercer acusado para huir a Retuerta del Bullaque.
La víctima fue encontrada muerta en el interior de su vivienda con signos de violencia y estrangulamiento la noche del 4 de octubre de 2020, mientras que los tres amigos que pretendían robarle droga se deshicieron del coche y de posibles pruebas que pudieran relacionarles con el homicidio.