Si el mundo fuese justo, no deberíamos conocer el nombre de Óscar Camps. Ni el de Proactiva Open Arms, la ONG que fundó en 2015 y que ha salvado a más de 60.000 personas de morir en el mar. Al mismo tiempo, conocer su nombre nos invita a pensar qué está pasando en las costas y por qué hay tantas personas que mueren en el agua, tratando de alcanzar un lugar mejor. Su desempeño es el salvamento marítimo, el rescate de las personas que se encuentran en aguas internacionales, «donde no hay migrantes».
Camps está en Toledo para recoger el Premio Abogados de Atocha 2022, entregado por Comisiones Obreras, que ha recibido Proactiva Open Arms por su lucha en defensa de la vida. «Recibir el premio en representación de todo el voluntariado es un honor y una responsabilidad y nos anima a seguir con esa labor de proteger la vida y los derechos humanos de las personas más vulnerables, que se quedan a la deriva en medio del mar y mueren sin sentido», reconoce Óscar Camps, que ha concedido una entrevista a encastillalamancha.es.
«No tiene sentido pedir permiso para salvar una vida»
Desde 2014, han desaparecido en el Mediterráneo, 23688 personas, según los datos de la Organización Internacional para las Migraciones de la ONU. Otros miles de personas migrantes no aparecen en esta cifra. Mueren en el mar, sin que haya testigos.
Los Estados como España, que recibe cada año a miles de personas en su costa, «están incumpliendo los compromisos. En aguas internacionales está la responsabilidad de prestar auxilio y nosotros, desde Open Arms, ponemos el foco en todos los países que están ejerciendo una inacción deliberada». Como respuesta, el Open Arms, ha sido acusado en numerosas ocasiones de promover la ‘inmigración ilegal’.
La pregunta de por qué los gobiernos no les permiten salvar vidas está envenenada. En la «duda» está el veneno. «¿A quién hay que pedirle permiso para salvar una vida?», se pregunta el fundador de la ONG de salvamento marítimo. «No tiene sentido que tenga que pedir permiso para salvar una vida. La realidad se llega a pervertir hasta tal punto que la sociedad se pregunta si lo que estamos haciendo es legal o ilegal. En aguas internacionales no hay migrantes, hay náufragos».
«Tenemos que exigir que se cumplan los derechos humanos»
Proactiva Open Arms lleva siete años rescatando a las personas que naufragan. Han acudido a Lesbos (Grecia), a costas italianas, españolas, libias y durante la pandemia han realizado más de 20.000 test PCR en residencias de ancianos en España.
Parte de las soluciones para Camps pasan por respuestas colectivas, sociales. «Como ciudadanía, tenemos que exigir que se cumplan los derechos humanos y asumir la parte de culpa que nos corresponde». La guerra en Ucrania ha evidenciado que Europa sí tiene la capacidad de acoger a refugiados de guerra: «En un mes, Europa ha acogido a 3 o 4 millones de personas». Camps no duda: «Resulta que la solidaridad, la empatía y la humanidad es algo intrínseco de la ciudadanía, cuando no interviene el discurso que trata de intoxicar».
Por todo esto conocemos el nombre de Proactiva Open Arms y el de Óscar Camps. Por su defensa de los «nadies», el término que acuñó Eduardo Galeano, dramaturgo uruguayo, para definir a las personas más vulnerables. «Que no son seres humanos, sino recursos humanos. Que no tienen cara, sino brazos. Que no tienen nombre, sino número. Que no figuran en la historia universal, sino en la crónica roja de la prensa local», dijo el escritor. Los «nadies», aquellos olvidados que reflejan el mundo que Proactiva Open Arms trata de salvar ahogado.