La Asociación Profesional de Agentes Medioambientales de Castilla-La Mancha (APAM CLM) ha mostrado su crítica porque «han vuelto a desoír la petición de los profesionales de pasar a depender de la Viceconsejería de Medio Ambiente o, lo que sería ideal, de una Dirección General propia».
Además, entienden que están sumidos en el «Día de la Marmota» porque «las promesas y más promesas se incumplen una y otra vez. Mucho nos tememos que, dadas las numerosas reuniones mantenidas hasta la fecha con el consejero de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural y con la secretaria general, de la que el cuerpo depende orgánicamente, seguiremos estancados. Ambos cargos parecen haber hecho de la mentira su forma de Gobierno».
El tremendo cabreo de APAM CLM
Así lo han expresado en un comunicado después de que el 30 de enero conocieran a través del Diario Oficial de CLM la modificación «del Reglamento del Cuerpo de Agentes Medioambientales, pasando a depender del director general de Política Forestal y Espacios Naturales a la Secretaría General de Agricultura, desoyendo la propuesta de APAM CLM».
Los miembros de la asociación consideran «nefasta la etapa en la que el cuerpo dependió de la mencionada Dirección General, ya que sumió a este colectivo en un caos organizativo, sin ningún tipo de coordinación y organización operativa y sin un solo avance en cuanto a medidas de seguridad para los agentes. Siempre hemos dicho que al frente de los Agentes Medioambientales debe haber una adecuada estructura de coordinación regional dirigida por una persona de perfil jurídico con experiencia en gestión de personal de una condición similar a la que ostentan los Agentes Medioambientales, dada su condición de Policía Administrativa y Judicial Genérica. Y el director general de Política Forestal no cumplía ninguno de los requisitos mencionados, igual que tampoco los cumplen los directores provinciales de los que los agentes pasan a depender funcionalmente, como ya adelantamos».
Por eso critican duramente que «en vez de mejorar la coordinación y la seguridad del colectivo, se fraccione en cinco partes en contra de lo que pide la sociedad y la asociación profesional, que representa los intereses del colectivo».
Y relatan las carencias que dicen tener: «Las ignoradas aportaciones a la nueva ley de caza, bloqueo de las Unidades de Altura, falta de inspecciones en desastres ecológicos y vertidos de residuos acaecidos, grave incumplimiento de la promesa de la creación de la Ley de Cuerpo de Agentes Medioambientales que el consejero hizo públicamente o la dificultad para ejercer las funciones de policía judicial ante delitos medioambientales, entre otras. Esto ha colmado la paciencia del colectivo y por ello hemos iniciado una serie de asambleas provinciales para conocer la opinión de todos los agentes».