Los suelos de Madrid, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Andalucía, Extremadura, Valencia, Aragón, Cataluña, Navarra, País Vasco y Galicia están afectados por lindano, un pesticida prohibido en la Unión Europea desde 2008 y que España produjo hasta principios de los años 90.
Así lo denuncia hoy Ecologistas En Acción en un comunicado con motivo del Día Mundial del Suelo, cuyo objetivo es concienciar sobre la importancia de la calidad de los suelos para la conservación de los ecosistemas y la seguridad alimentaria.
Degradación del suelo e inseguridad alimentaria
Según explica la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en su página web, un tercio de los suelos del planeta está degradado y sin embargo el 95 por ciento de los alimentos necesarios para el ser humano provienen de ellos.
Asegura que unos 815 millones de personas sufren inseguridad alimentaria y aproximadamente 2.000 millones no disponen de alimentos suficientemente nutritivos, una situación que se podría mitigar mediante la gestión adecuada de los suelos.
Un insecticida tóxico y acumulable
En España, recuerda Ecologistas En Acción, el lindano, un insecticida «persistente, tóxico y bioacumulable», se fabricó hasta principios de los 90 y en su proceso de producción generaba entre seis y diez toneladas de residuos por cada tonelada de producto final.
Las principales fábricas de lindano se ubicaron en Vizcaya, Huesca y Pontevedra y sus residuos «se esparcieron por diferentes puntos de la geografía española, sin que en muchos casos se conozca su ubicación, la cantidad depositada y las condiciones en que se realizó el vertido», explica la ONG.
De hecho, en O Porriño (Pontevedra), la población «vive literalmente encima de los residuos, lo que hace que no se pueda usar el agua contaminada de sus pozos».
Lindano presente en el Tajo, Jucar, Segura, Guadiana…
Según Ecologistas, estos contaminantes se filtraron en el terreno y hoy están presentes en las aguas de las cuencas del Tajo, Ebro, Duero, Júcar, Segura, Guadiana, Guadalquivir, Cantábrico Oriental y Miño-Sil.
Para la ONG, es urgente localizar los lugares donde se vertieron residuos de lindano, garantizar su limpieza, declarar como no aptos para la captación de agua para consumo humano las zonas afectadas y evaluar la exposición de la población a estos contaminantes.
Asimismo, investigar y exigir responsabilidades a los causantes de la contaminación, destinar las partidas presupuestarias necesarias, buscar una acción coordinada a nivel europeo y movilizar fondos de la UE para tareas de investigación y limpieza.