El pasado 20 de diciembre Ecologistas en Acción de Toledo tuvo conocimiento de que durante la celebración de una montería en el coto Las Becerras, en la localidad toledana de Navalucillos y lindante con el Parque Nacional de Cabañeros, se había abatido una corza, especie no autorizada durante la cacería.
La corza presentaba un disparo en el centro de un costado, y yacía muerta a la vista de uno de los puestos de la montería.
Nadie la recogió, por lo que «todo apunta a que quien disparó sobre ella era consciente de que había matado una especie no autorizada en esa cacería y que si la cobraba se delataría», señalan desde la organización.
Los ecologistas consideran que «no sería extraño que al animal se le disparara para hacer simple tiro al blanco».
Ecologistas en Acción puso en conocimiento de la oficina coordinadora de los agentes medioambientales de Toledo los hechos, así como el material fotográfico recogido y la ubicación del ejemplar.
Los agentes medioambientales denuncian al coto
Personados los agentes en el lugar, la corza seguía en el sitio donde había sido disparada, por lo que, con todos los datos, han procedido a incoar la correspondiente denuncia contra el coto.
La muerte de ejemplares no autorizados incumple la legislación de caza y el plan de ordenación cinegética del coto y puede derivar en diferentes grados de sanción administrativa según hayan sido las circunstancias en las que se disparó al animal.
Si se hizo de forma deliberada, podría incluso llegar a considerarse un delito de furtivismo, castigado en el código penal.
«Situaciones como ésta, en las que deliberada o accidentalmente se matan especies tanto cinegéticas como protegidas se dan con mucha más frecuencia de la que parece», lamentan los ecologistas.
Se debe a » que detectar este tipo de casos es tremendamente difícil ante la falta de vigilancia en el medio natural y la falta de responsabilidad de muchos gestores cinegéticos y cazadores».
Una sanción ejemplar por la muerte de la corza
Por otra parte, casos como éste ponen también el foco en la normativa cinegética, «demasiado permisiva con modalidades que resultan peligrosas e incontrolables», apuntan los agentes.
Por ejemplo, «en el caso de la caza del corzo, además de la tradicional, se permite la caza de hembras para control de poblaciones en invierno, cuando no hay ningún tipo de sobrepoblación que lo justifique».
Ecologistas en Acción espera «que tanto sobre los autores materiales de los hechos, como a los titulares del coto y a los organizadores de la montería les recaiga una sanción ejemplar».