Ecologistas en Acción ha alertado de la alta contaminación y la falta de agua en los humedales manchegos «en plena época de visitas turísticas» y pide tanto a la Junta como al Ministerio que adopten medidas urgentes «de control de riesgos y de vertidos para que la situación no termine de afectar al ecoturismo».
«Una nefasta alianza para el deterioro grave de los humedales manchegos»
Entienden que ambos factores «conforman una nefasta alianza que está dando lugar al deterioro grave y progresivo de los principales humedales de Castilla-La Mancha, particularmente en los del complejo de la Mancha Húmeda».
[ze_summary text=»Los visitantes que quieren disfrutar del contacto con la naturaleza se encuentran con la lamentable imagen de lagunas secas»]Los visitantes que quieren disfrutar del contacto con la naturaleza se encuentran con la lamentable imagen de lagunas secas[/ze_summary]
Lo que provoca que, según Ecologistas, «los visitantes que quieren disfrutar del contacto con la naturaleza se encuentran con la lamentable imagen de lagunas secas o de zonas, como las Tablas de Daimiel, donde a pesar de haber agua apenas hay aves presentes».
Por ejemplo, «en las últimas semanas se ha podido observar como lagunas como las de Villacañas, Lillo y Quero están prácticamente secas. Curiosamente, solo los humedales que dependen de vertidos depurados presentan una cierta, aunque artificial, buena imagen».
[ze_summary text=»Hay dos problemas muy graves y recurrentes: la falta de lluvias y por el creciente consumo de agua para regadío»]Hay dos problemas muy graves y recurrentes: la falta de lluvias y por el creciente consumo de agua para regadío[/ze_summary]Los problemas en los humedales se deben «a dos problemas muy graves y recurrentes: la falta de lluvias agravada por el creciente consumo de agua para regadío. Los níveles freáticos de los acuíferos de los acuíferos subterráneos están bajando a un ritmo de tres metros al año y los caudales superficiales brillan por su ausencia».
Los vertidos sin depurar, añaden, «siguen llegando a los cauces fluviales y se concentran en el Amarguillo, el Cigüela, el Záncara o el Azuer. Aguas contaminadas que acaban en los vasos de las lagunas fluviales y terminan por matar la fauna y la flora subacuática de la que se alimentan las aves. Como sucede en las Tablas de Daimiel, donde las malas condiciones del agua favorecen la proliferación de especies de peces invasores, y donde hoy apenas es posible ver algún pato. Por ejemplo, el emblema del Parque, el pato colorado, apenas es visible ya en la zona cuando llegó a haber una población de más de 1.500 parejas».