Hay algo que une el cabo de Gata con la cabecera del Tajo. Y no solo es el trasvase Tajo-Segura con el que se riegan los invernaderos en Almería. Sendos atropellos urbanísticos han dejado en las dos zonas un esqueleto de ladrillo y hormigón que estaba destinado a ser un hotel.
Hoy les presentamos el «Algarrobico» de La Alcarría, tal y como le ha bautizado la plataforma Río Tajo Vivo, un armazón de varias plantas de altura que se encuentra abandonado junto al embalse de Bolarque, el pantano en el que juntan sus aguas los embalses de Entrepeñas y Buendía y desde donde sale la tubería que lleva el agua del Tajo hasta el Segura a través del acueducto del mismo nombre. Al igual que pasa con el auténtico ‘Hotel El Algarrobico’, en el término municipal de Carboneras (Almería) y dentro del Parque Natural del Cabo de Gata-Níjar, que quedó paralizado por vulnerar la Ley de Costas, pero que sigue en pie a pesar de que el proyecto se paralizó hace casi 15 años.
«Un esqueleto de Hotel desde hace 40 años en el embalse de Bolarque, en pleno espacio protegido y que sigue en pie», lamenta Río Tajo Vivo, que también se pregunta: «¿Donde está el Gobierno de España y la Confederación Hidrográfica del Tajo para restaurar este espacio?».
Porque a pesar de llevar cuatro décadas así no se ha conseguido que se derribe y por ello esta plataforma lamenta que «Guadalajara durante mucho tiempo ha sido y es el coño de la Bernarda del destrozo del medio ambiente con el fin del argumento económico y solo han dejado de ello ruina para sus pueblos».
Porque para ellos a la espalda de ese esqueleto está la prueba, puesto que desde allí emprende el camino el trasvase Tajo-Segura y «roba el agua y la vida al Tajo desde 1979».