Una vez acabada la tarea más «dura» de limpieza, poda y destoconado del material vegetal dañado por la borrasca ‘Filomena’ el pasado mes de enero, que afectó al 20 % de la masa arbórea de Toledo, hay que dar paso a la fase de reforestación, que no implica necesariamente reponer los mismos ejemplares ya que hay que tener en cuenta el cambio climático en las nuevas plantaciones.
Toledo fue parte del epicentro de ‘Filomena’ y, aunque hubo especies que resistieron a la fuerte nevada, Enrique García Gómez, doctor en Medio Ambiente e ingeniero técnico forestal, ha explicado que las heladas posteriores, en las que hubo temperaturas de hasta 14 grados bajo cero, «mataron muchos ejemplares únicos«, como los algarrobos, el eucalipto o el tetraclinis.
El trabajo «más duro» ha sido la limpieza y retirada de los miles de ejemplares dañados, ha confirmado García Gómez, quien ha asegurado que la segunda fase, de reforestación, no se puede atender de manera inmediata porque tiene un coste económico «imposible» de acometer.
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Sanear o replantar uno a uno cada alcorque supone un trabajo «costosísimo», una tarea para la que se necesitan máquinas especiales y una serie de labores selvícolas «que pueden prolongarse durante años» y para las que es «imposible tener capacidad económica y de gestión inmediata», ha dicho García Gómez.
«Hay que priorizar»
A su juicio, hay que «priorizar» los lugares con más intensidad de uso, los que sean estéticamente principales, y las zonas más frecuentadas.
Toda la masa forestal de la ciudad fue tocada por ‘Filomena’, de modo que «hay menos masa arbórea tanto en las zonas verdes como periurbanas», ha informado el experto.
«No se podrá recuperar ni el 50 %»
Una vez valorada esa pérdida de masa vegetal, habrá que repoblar los parques, encinares, bosques, pinares y calles arboladas ya que no se podrán recuperar «ni el 50 por ciento de los pies que había», ha alertado García Gómez.
Pérdidas por 10 millones
La nieve que trajo ‘Filomena’ hace siete meses llegó a cubrir con una capa de 50 a 80 centímetros todo el término municipal y este peso provocó que la vegetación sufriera roturas de troncos, desgarros de ramas y caída de árboles, unos daños que la alcaldesa de Toledo, Milagros Tolón, cifró en enero en 10 millones.
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En una valoración inicial, el Ayuntamiento estimó que el porcentaje de masa arbórea perjudicado con algún daño por el temporal alcanzaba el 20 por ciento, y hasta el 40 en zonas como La Bastida. Esto supone, alrededor de 300.000 árboles de los 2 millones que componen el total de masa forestal del término municipal.
Ante esa situación, el Consistorio anunció que iba a «triplicar» el plan de reposición de arbolado previsto para 2021, con hasta un millar de plantaciones.
Los ejemplares caídos, que ya se han retirado, se van a reutilizar como compostaje y para generar energía biomasa en el recinto de la Peraleda, un proceso que comenzó el pasado mes de marzo.
Cambios en los ciclos de vida de la vegetación
La reforestación implica reponer con los mismos o distintos ejemplares las zonas afectadas y, en este sentido, Enrique García Gómez ha señalado que, por ejemplo, las especies del parque de La Vega «funcionaban relativamente bien hace un siglo y medio» pero actualmente «no sería aconsejable» su plantación.
El cambio climático, las altas temperaturas y las escasas precipitaciones han cambiado los ciclos de vida de la vegetación, ha indicado García Gómez, quien ha agregado que «ahora el conocimiento es mayor y hay que adaptarse a las nuevas condiciones».
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Ha puesto como ejemplo el plátano de sombra, que hace 20 y 40 años no se sabía que era «tan alergénico»; y ahora se conoce, por ejemplo, que un 20 por ciento de la población tiene alergia a los pólenes.
Hay que tener en cuenta la alergia para repoblar
Según este experto, la alergia es uno de los factores a «tener en cuenta» en la elección de especies para repoblar la masa arbórea perdida.
Respecto a la reforestación, ha agregado que puede ser «relativamente rápido» en la autovía A-42, hacia Madrid, ya que se puede hacer «durante la estación de otoño o en invierno», pero «pueden pasar hasta 40 años» para que una plantación de especies vuelva a dar sombra.
«No excluir pinos y palmeras»
Este doctor en Medio Ambiente, que también forma parte del equipo de expertos del colectivo ‘Ciencia a la carta’, ha manifestado que no se debe «demonizar» a las especies que sufrieron mucho con el temporal, como los pinos piñoneros y las palmeras.
«No por ello hay que dejar de utilizar estos ejemplares que embellecen ciudades y jardines», ya que ‘Filomena’ fue un evento «extraordinario», ha señalado.