La Plataforma Serranía Limpia y Viva de Cuenca se ha concentrado esta mañana en la plaza de Zocodover para «concienciar» a la gente y al Ejecutivo autonómico de los problemas que en su opinión acarrea la instalación de macrogranjas en la serranía conquense. Así, su portavoz, Ángel Daniel Chacón, ha asegurado que el Gobierno de CLM «no ha hecho nunca» un estudio «real» del impacto que tienen estas industrias en la región ni de la cantidad de sitios que se ven afectados.
Chacón ha indicado que la Junta tiene un papel clave en la instalación y control de las macrogranjas ya que la Consejería de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural es la que da el visto bueno al estudio de impacto ambiental, que es el que permite la instalación o no de las granjas. En esta línea han mencionado el caso concreto de Zarzuela (Cuenca) donde se quiere instalar una macrogranja que, aseguran, «será un beneficio para la empresa Incarlopsa pero un gran perjuicio para el pueblo y para la sierra de Cuenca».
El portavoz ha señalado también que la organización no tiene «nada en contra del desarrollo industrial» y de la implantación de empresas en el mundo rural, pero ha pedido a la Junta que se plantee que determinadas empresas «no pueden ir implantadas en determinados lugares» ya que, a su juicio, es «absurdo» que se hayan hecho inversiones en espacios protegidos y ahora se instalen este tipo de empresas.
Aseguran que las macrogranjas no dejan riqueza en la región
A preguntas de los medios Chacón ha señalado que las zonas afectadas por la macrogranja de Zarzuela serían Portilla, de unos 200 habitantes; Zarzuela, que no llega a los 200 y Villalba de la Sierra, con alrededor de 500 habitantes. La macrogranja supondría unas 2.865 madres de cría y otras 400 de reposición, lo que llevaría a una producción anual de 80.000 lechones. Ha añadido también que en la provincia de Cuenca hay una solicitud de instalación de tres macrogranjas más de cría y 35 macrogranjas de engorde, un total de 38 que se suman a las que ya están operativas.
Por otra parte, una vecina de Villalba, María José Peralta, ha asegurado que los habitantes de la zona se dedican al turismo de aventura y a la hostelería en zonas de alto valor ecológico y que su modo de vida no es «criar gorrinos que contaminan las aguas y los acuíferos». A su juicio, con la instalación de esta macrogranja, lo que se va a hacer es «fijar población de gorrinos» y expulsar a la población «que ama esa tierra».
Peralta ha aseverado que el consumo de la carne que se produciría «no es para la región, ni para España», ya que se ha descubierto, según ha indicado, que se vende en Rusia o Asia. «Se deja la contaminación en España y la riqueza para otros», ha finalizado.