Lucillos es un municipio toledano de 591 habitantes. Ahora mismo posee una granja de pollos para 52000 plazas y se construye una macrogranja de cría de lechones de porcino, para 2878 animales, que es la mayor capacidad permitida. Si dividimos las plazas totales entre los habitantes del municipio (datos de 2017), saldrían a 88 pollos y a casi cinco cerdas por cada uno de los vecinos de la localidad. Ahora, se plantean otras tres macrogranjas, que irían situadas a menos de dos kilómetros del núcleo del municipio. Por ello, los vecinos se han unido para crear una plataforma y luchar de forma conjunta contra este tipo de instalaciones que dejarían en el pueblo más de 32.000 metros cuadrados de purines.
En un comunicado, la Plataforma Cívica Stop Macrogranjas de Lucillos, avisa de que se pretenden asentar dentro del pueblo tanto una macrogranja de cebo para 7200 cerdos, así como otra de cebo para 2000 animales, un centro de inseminación para cerdos y una macrogranja de engorde de pollos para 54000 plazas, según informan.
Cuatro granjas a poca distancia del núcleo de Lucillos
Los vecinos del municipio han mostrado sus preocupaciones por la cercanía de las actuales granjas que existen en Lucillos, que están situadas a menos de 2 kilómetros de los núcleos de población, además de en una zona muy próxima a la autovía A-5 y a otras rutas y vías pecuarias, así como zonas protegidas. Por ello temen que con estos proyectos ya asentados y los que pretenden llegar al municipio se puedan incrementar los problemas de contaminación, la sobreexplotación del acuífero sobre el que se asienta el consumo de Lucillos…
Así, el movimiento que pide el cese de la expansión de macrogranjas en pequeños pueblos de la región, ha llegado ahora al municipio toledano para informar de las posibles repercusiones que puede haber si tienes una o varias granjas industriales tan cerca de tu casa. Tanto la Plataforma Autonómica Stop Macrogranjas CLM como la Plataforma Cívica de Gamonal (Toledo), estuvieron presentes en Lucillos para dar más detalles de cómo ofrecer una respuesta a esos planteamientos ganaderos que se dibujan sobre el pueblo toledano.
Las repercusiones, según ambas plataformas, tienen que ver con la alteración de la vida en el municipio, que podría verse más afectado por la población así como por la pérdida de valor de propiedades. Tanto la posible contaminación, como los fuertes olores que deja tras de sí una granja de grandes dimensiones, sobre todo si es de cerdos, es una de las principales preocupaciones que, según la Plataforma creada ahora en Lucillos, tienen los vecinos del pueblo. Los tres proyectos que se plantean más el que se ha empezado ya a construir, vendrían a sumar unas balsas de purines que acumularían más de 32.000 metros cuadrados.
Denuncian problemas «ligados» a las macrogranjas porcinas
Los purines, que ya son un problema de por sí, pueden acarrear -denuncian las plataformas contra la instalación de macrogranjas- la sobreexplotación de acuíferos y pozos, así como el incremento de plagas de insectos y roedores, además de algo muy importante: la contaminación de los suelos. Es por ello que desde las plataformas alertan que las macrogranjas que se están planteando en numerosos pueblos pequeños de la región, pueden traer consigo más despoblación y una ganadería poco sostenible, que no generaría tanto empleo como la ganadería tradicional, según defienden.
Las de Lucillos son las enésimas macrogranjas que se siguen proyectando, sobre todo, en las provincias de Cuenca y Toledo, y que siguen generando el rechazo de una parte de la población que prefiere otro tipo de apuestas en sus municipios que estén alejadas de estas prácticas, mientras que el debate entre los partidos políticos tiene que ver con la trazabilidad, con la seguridad alimentaria y con el impacto medioambiental.