Son las dos primeras águilas perdiceras, nacidas de forma natural en un centro de recuperación, que han sido liberadas en los Montes de Toledo. Una especie en peligro de extinción que estarán de forma temporal en un jaulón de suelta, donde completarán su desarrollo, se adaptarán a la zona de liberación y continuarán siendo alimentadas y controladas a distancia con emisores satélite por personal de la Consejería de Medio Ambiente. Luego se las liberará de forma definitiva, una vez que hayan completado el plumaje y la capacidad de vuelo.
Los dos pollos de águilas perdiceras
Los dos pollos nacieron en cautividad en marzo en el CERI (Centro de Estudios de Rapaces Ibéricas) de Sevilleja de la Jara (Toledo) a partir de dos ejemplares adultos irrecuperables para la vida en libertad por sus lesiones y han sido criados desde su salida del cascarón por sus padres para evitar que se acostumbraron a la presencia humana.
El director provincial de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural, José Luis Rojo Braojos, ha felicitado a los profesionales del CERI «por todo su gran trabajo en la recuperación de especies amenazadas y, especialmente, por haber conseguido por primera vez este importante éxito de reproducción natural en cautividad, un logro que ha sido posible gracias a los excelentes cuidados que reciben en el centro los dos ejemplares adultos.
[ze_summary text=»El águila perdicera es una especie seriamente amenazada y en regresión a nivel global por la elevada mortalidad de ejemplares, especialmente juveniles y subadultos»]El águila perdicera es una especie seriamente amenazada y en regresión a nivel global por la elevada mortalidad de ejemplares, especialmente juveniles y subadultos[/ze_summary]
Y es que el águila perdicera es una especie seriamente amenazada y en regresión a nivel global por la elevada mortalidad de ejemplares, especialmente juveniles y subadultos, causada principalmente por la electrocución en tendidos eléctricos y en algunas zonas por persecución directa, molestias en sus nidos o falta de alimento.
Rojo ha recordado que en diciembre se puso en marcha el Plan de Recuperación del Águila Perdicera que contempla diversas medidas para reducir la mortalidad de la especie, asegurar la conservación de su hábitat y delimitar las zonas sensibles y áreas críticas con el fin de favorecer la supervivencia de la especie.
Un plan que marca como áreas críticas para la conservación del águila perdicera el Valle del Tiétar y los embalses de Rosarito y Navalcán, los Montes de Toledo, la Sierra de San Vicente, las Barrancas, los Yesares del valle del Tajo y otras zonas, márgenes y laderas de los ríos Tajo y Guadiana, el cañón del arroyo del Guajaraz en el término de Toledo y Montrueque en Santa Cruz de la Zarza.
En la suelta también han intevenido los Agentes Medioambientales de Castilla-La Mancha.