«Vengo con preocupación y una certeza, los incendios están cambiando porque ha cambiado la realidad rural y climática, siguen evolucionando y cada vez son más difíciles de estabilizar«. Es la alerta que lanza Juan Pedro García, jefe de los servicios de extinción del Plan Infocam en la provincia de Ciudad Real, que participó en el incendio de Sierra de la Culebra, en la provincia de Zamora.
Hacer los montes más «resilientes» ante el cambio climático
Avisa de que las condiciones del incendio que ha quemado 30.000 hectáreas en pocos días no van a ser «inusuales» en el futuro. «Las olas de calor nos van a visitar más veces y se van a quedar más tiempo», avisa García.
Por eso los «monstruos» como el de Sierra de la Culebra serán más frecuentes y ya llevamos tres en dos años, sumando los de Jubrique (Málaga) y Navalacruz (Ávila) que se produjeron el año pasado. En estos fuegos con «comportamiento convectivo» las llamas «toman el control, crean su propia meteorología, generan una nube con rotores y se están convirtiendo en verdaderos monstruos«.
Además, en este de Zamora había más alicientes, puesto que había hasta cinco cabezas de incendio. Un fuego «multicéfalo» con los famosos «pirocúmulos», que lo vuelve muy difícil de estabilizar. Por ello avisa de que por el «cambio climático» hay que «hacer a a nuestras masas más resilientes, con capacidad de aguantar, solo se puede hacer gestionando el monte con áreas de contención, o tenemos cada vez más vegetación susceptible de arder».
Nos retiramos del #IFSierraDeLaCulebra. Gracias por el trabajo realizado estos días a los más de 90 trabajadores del @Plan_INFOCAM del @gobjccm desplazados a #Zamora. #EsTareaDeTodos
📹👇🏼Aquí una muestra del equipo y los medios que han participado en la extinción de este #IF🔥 pic.twitter.com/RBwAIoI2Ld
— Plan INFOCAM (@Plan_INFOCAM) June 19, 2022
Precisamente eso es lo que pasó en Sierra de la Culebra, donde la «vegetación disponible era el 100 por 100, por lo que la capacidad devoradora era mayor que la resistencia de las especies», ya que ni la propia protección natural, como la corteza de los pinos, no era capaz de contener las llamas.
Preparar los dispositivos «con inteligencia»
Ante estas circunstancias, con una «tendencia exponencialmente alta de eventos de esta índole», el director del Centro Operativo Provincial de Lucha Contra Incendio de la provincia de Ciudad Real avisa de que los dispositivos tienen «que adaptar los sistemas en cantidad y calidad, que a veces es inteligencia».
García huye del tópico de «los incendios se apagan en invierno», porque la situación es mucho más compleja, pero sí que recuerda que sirve para «poner en valor la prevención», una parte fundamental de la lucha contra los incendios forestales. «No tenemos capacidad de proteger todos los montes, por ello debemos diseñar bien los planes», porque la prevención es «imprescindible», aunque no es «la panacea absoluta», porque para lo que hay que estar preparados es en «diseñar lo que está por venir, el comportamiento extremo».
Anticiparse a lo que está por venir
«Pero claro, luego llega septiembre, empieza la liga, nos hemos suscrito a Netflix y nuestros problemas son otros», incide este técnico de incendios forestales, que incita tanto a los ciudadanos, como a los profesionales y a los políticos a «anticiparse a lo que está por venir» porque «cada vez tendremos más Sierras de la Culebra, no hay más, esto no es como el cometa Halley», porque masas de aire sahariano seguirán pasando y en toda España la semana pasada había «decenas de montes susceptibles de que pasara, pero como no hay ignición, no pasa el evento».
Tareas preventivas, la vacuna contra los incendios
Muchas son las causas de los incendios y no todas ellas son evitables, pero algunos casos sí se puede «aminorar» el riesgo. Por eso cree que la prevención debe pasar de medidas pasivas, como llevar un extintor en la cosechadora, a «proavtivas», donde, por ejemplo en las tareas agrícolas, evitar trabajar en las horas centrales del día cuando hace mucho calor. Afirma que no se trata de «criminalizar» las tareas agrícolas, pero estas sí que pueden hacerse más seguras, como también cosechando primero el perímetro y después arar esa zona con una grada para que no se expanda. También ejemplifica estas tareas realizando «áreas preventivas», como por ejemplo se hicieron ayer en Puertollano con las tradicionales quemas preventivas con el fin de evitar los fuegos descontrolados.
Agradecimiento y «humildad»
La experiencia vivida en Zamora ha sido tremenda para este experto en la extinción de incendios. Formó parte del dispositivo enviado por Castilla-La Mancha de 90 personas con varios medios, algunos aéreos, aunque en su caso las tareas desempeñadas fueron de asesoramiento técnico del incendio. De hecho, por desagracia, su previsión se cumplió, y de entorno a las 10.000 hectáreas afectadas que había el viernes cuando llegaron, vaticinó tras el reconocimiento del área que serían 20.000 al día siguiente si no lograban contener el fuego en las siguientes horas, algo que no pudo ocurrir. Cantidades completamente brutales. Hay que recordar que el incendio más grave de los últimos años en Castilla-La Mancha fue el de Yeste, donde ardieron unas 3.900 hectáreas.
Sobre la acogida en Castilla y León, asegura que la respuesta tanto del dispositivo local como de los vecinos fue de «agradecimiento total». También quiere destacar la «humildad» que han tenido desde el dispositivo castellano y leonés a la hora de «integrarnos en su dispositivo y ser lo suficientemente profesionales para saber que lo que primaba era la emergencia, lo que habla muy bien de la madurez de los dispositivos». Por eso agradece ese «cariño tanto humano como profesional» que han recibido.
Y es que este profesional advierte de que «o nos acostumbramos a colaborar entre nosotros o estamos abocados al fracaso», precisamente por las dificultades que relatábamos anteriormente, ya que hay 17 dispositivos, más los medios del Estado, por lo que la coordinación su vuelve clave.
La partida de ajedrez contra el fuego
Juan Pedro García plantea la lucha contra los incendios como una partida de ajedrez, donde no se puede «ganar en cuatro o cinco movimientos«. Por ello resalta la importancia de actuar con rapidez y anticipación, donde el «jaque mate» no será inmediato, pero sí se puede actuar «a horas vista».
«Lo tendrás que hacer en varios movimientos arrinconando al fuego en un sitio», explica, «a las horas vista que sean necesarias», añade. «En Yeste, por ejemplo, tuvimos que irnos a 12 horas vista, anticiparnos a allá donde el incendio iba a estar en 12 horas, hicimos líneas con maquinaria pesada, y allí se paró«, ejemplifica el director de la extinción de incendios de la provincia de Ciudad Real, quien durante 8 meses del año también es el jefe del dispositivo de prevención.
Por último, asegura que si tuviese que invertir en uno de los campos asociados a la lucha contra incendios, lo haría «sobre el capital humano, en tener buenos especialistas, inteligencia, mandos superiores, técnicos de extinción y analistas lo más preparados posibles, porque la partida no es de de ‘tira la bola’, es de ajedrez, y ahí es importante tener al capital humano lo más preparado posible en cuestiones emocionales, en toma de decisiones y en tener equipos cohesionados«, concluye Juan Pedro García.