La Fundación Franz Weber ha estimado que los incendios de los últimas semanas en Castilla-La Mancha, que han arrasado más de 6.000 hectáreas, podría haber supuesto la muerte de más de 70.000 animales silvestres y domesticados.
En este sentido, la fundación advierte de que de no afrontar la crisis climática con la gravedad que esta supone y como recuerdan los diversos incendios que han asolado el país estas últimas semanas, y las olas de calor, la humanidad «va directa al desastre».
Entre 10 y 15 animales abrasados por cada hectárea
Esta estimación se ha realizado de acuerdo con los modelos predictivos del catedrático Christopher Dickman, de la Universidad de Sidney (Australia), por los cuales se prevé que por cada hectárea conviven, de media, entre diez y quince individuos de especies de mamíferos, aves, roedores y otros seres vivos, como invertebrados.
A las bajas «silvestres» habría que sumar a aquellos que no han podido ser liberados de explotaciones ganaderas y a animales de familia, como perros, gatos o pequeñas especies, incluso peces.
Por ello, la ONG naturalista defiende que el Gobierno central y el castellanomanchego adopten una estrategia pública preventiva, que incluyan políticas que contribuyan a cambiar hábitos alimentarios con menor impacto ambiental, con mayor ingesta de vegetales y menos cárnicos, cuya producción está recalentando el planeta.
Piden que se asuma la renaturalización como medida proactiva mientras se veta definitivamente la caza en los espacios afectados por las llamas y aquellos adyacentes.
Más cultivos para ganado que para humanos
La creación de proteína de origen animal es más costosa que la producción de proteína vegetal, que se puede trasladar directamente del campo a las personas, evitando «intermediarios» que generan impacto ambiental. Existen provincias, como A Coruña, donde los espacios dedicados a cultivos para ganado ya superan a los centrados en alimentación humana.
De esta forma la propuesta de Fundación Franz Weber es una verdadera transición proteica que, además, contribuye a mitigar los incendios por motivos cinegéticos o ganaderos, y genera muchas menos emisiones de gases de efecto invernadero.