El río Tajo ha perdido nada más y nada menos que el 61 por 100 de su biodiversidad avícola, tal y como ha señalado el consejero de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural, Francisco Martínez Arroyo, en las Cortes de Castilla-La Mancha. «Y esto no ha sido por casualidad», ha recalcado, «es que si no hay peces no hay alimentos para las aves, por lo que se abandona a este río a su muerte».
La biodiversidad avícola, en peligro por los continuos trasvases
Se refería el consejero al continuo maltrato que ha recibido el río por los continuos trasvases del Tajo al Segura, «se han realizado 22 trasvases desde el principio de la legislatura, en apenas dos años, se han trasvasado cerca de 400 hectómetros cúbicos, agua que era necesaria para generar riqueza en otro territorio (el Levante), pero que ha dejado de generarla en el nuestro».
Y se ha referido a las desaladoras, «que no se han utilizado en el Levante porque es más fácil abrir la compuerta del trasvase, sin casi coste para los agricultores de allí, pero esto es difícil de sostener, y más con la sequía que estamos viviendo».
El agua del trasvase «se va al Mediterráneo en vez de a Lisboa, que sería lo lógico si siguiera su curso normal, lo que no favorece la diversidad ni de la flora ni de la fauna».
Hablaba en las Cortes regionales el consejero en el debate, a petición del Grupo Socialista, sobre la situación de sequía en las cuencas hidrográficas de los ríos Guadiana y Tajo. Martínez Arroyo ha recordado que en el resto de cuencas «tenemos problemas similares, no es una situación coyuntural».
Y ha puesto sobre la mesa el principal problema: «Ninguna de las cuencas es competencia de Castilla-La Mancha, sino del Gobierno central. Desde el Gobierno regional hemos recurrido los cuatro planes de cuenca porque limitan el desarrollo económico de la región, el futuro de la agricultura y, además, no garantiza el patrimonio natural. Por lo tanto, lo que pedimos es que el Estado cuente con las comunidades para tomar las decisiones».