El presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, ha trasladado una carta al jefe del Ejecutivo castellanomanchego, Emiliano García-Page, reconociendo la profesionalidad de los medios de extinción de su región en las labores para sofocar el fuego de Villanueva de Viver (Castellón). «El trabajo de los medios de extinción de Castilla-La Mancha ha sido fundamental para conseguir estabilizar el primer gran incendio forestal de 2023 que ha afectado a la Comunidad Valenciana».
«Por ello quiero agradecerle el esfuerzo de estos medios que nos han ayudado para operar en el incendio forestal de Villanueva de Viver y así minimizar el impacto de las llamas sobre nuestros municipios de la comarca del Alto Mijares», se detalla en la misiva, recogida por Europa Press.
Colaboración entre administraciones
Asimismo, Puig ha querido reiterar «una vez más» la disposición de la Comunidad Valenciana para, «si fuera necesario, esperemos que no», que Castilla-La Mancha no dude en solicitar el apoyo de sus medios de extinción, que estarán disponibles para tal fin como en otras campañas.
«Traslade a los mandos de las unidades operativas que han trabajado en nuestro territorio este agradecimiento y reconocimiento por su profesionalidad y disposición», remarca el presidente valenciano.
Ha afirmado como el cambio climático «se ha instalado en nuestra sociedad», mencionando las lluvias torrenciales y los incendios devastadores como sus «peores consecuencias», sobe todo en esta ribera del Mediterráneo.
Ha considerado «impensable» que hace algún tiempo a finales de marzo se produjera un incendio de esta magnitud en Villanueva de Viver, en Castellón. «Anticipándose a la época en la que estábamos acostumbrados, tomó tal virulencia que obligó a movilizar a todos los medios de la Comunidad Valenciana».
«En pocas horas se acordó establecer la Situación 2 de Plan especial contra incendios forestales con un Índice de Gravedad Potencial 2, solicitando medios de extinción adicionales a la Administración General del Estado y otras autonomías».
Afortunadamente, una tregua en la virulencia del viento, que dificultó las labores de las brigadas y medios de extinción, «les permitió estabilizar el perímetro y alejar el temor de su propagación descontrolada y de consecuencias más graves», ha recordado.