El Patronato del Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel, en la provincia de Ciudad Real, ha lanzado un ‘SOS’ ante la situación de emergencia hídrica que vive uno de los espacios protegidos más singulares de España, que solo mantiene encharcadas 74 hectáreas, lo que representa el 4,26 por ciento de las 1.750 totales.
SOS hídrico en las Tablas de Daimiel
Así se ha puesto de manifiesto durante la reunión celebrada este jueves por el Patronato en el Centro de Interpretación y Documentación de los Humedales Manchegos, en la que se ha presentado el informe ambiental y de gestión del parque nacional y se ha subrayado que, el año pasado, por estas fechas, la superficie inundada del parque ascendía a más de 450 hectáreas.
En rueda de prensa, el presidente del Patronato, Esteban Esquinas, ha afirmado que la situación del parque nacional es «crítica» con un escenario «nada halagüeño» y, de ahí, que hayan acordado apoyar la solicitud realizada por la Comisión Mixta de los Parques Nacionales de derivar 20 hectómetros cúbicos procedentes del Acueducto Tajo Segura a través de la conducción a la Llanura Manchega.
Los ecologistas no apoyan la decisión
Esta decisión no ha contado con el apoyo de los grupos ecologistas en el Patronato, que han justificado su voto en contra en la necesidad de abordar una profunda reforma del regadío en la cuenca del Alto Guadiana.
Así lo ha declarado a los medios de comunicación el portavoz de los grupos ecologistas en el parque, Rafael U. Gosálvez, quien ha señalado que en el Patronato se ha puesto de manifiesto que el acuífero actualmente no tiene reservas para atender la demanda de usos legalmente reconocida por la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG).
De hecho, según ha comentado el presidente del Patronato, el Acuífero 23 presenta en la actualidad un déficit de agua de 1.275 hectómetros cúbicos de agua.
Durante la reunión de los patronos también se han analizado los escenarios de gestión que se pueden dar en el futuro y las propuestas de actuación, entre las que Esquinas ha comentado que, según contempla el Plan Rector de Uso y Gestión (PRUG) del parque, se va a poner en marcha de manera preventiva la batería de sondeos, con el objetivo de evitar la autocombustión de turbas (la materia orgánica depositada durante miles de años bajo el humedal), como ocurrió en 2009, provocando un gran daño ambiental en el espacio protegido.
La sequía dura seis años
El periodo de sequía, que dura ya seis años, unido a la sobreexplotación por parte de los agricultores de los recursos de agua del Acuífero 23 -la gran masa de agua subterránea de la que dependen Las Tablas de Daimiel- deja en una delicada situación al parque nacional, ha reconocido el presidente del Patronato, que ha puesto en valor la iniciativa de la CHG de poner en marcha un Plan Especial de Control de Pozos de los que se extrae agua para riego.
Con dicho plan, el Ministerio para la Transición Ecológica quiere controlar el uso del agua y detectar las irregularidades a lo largo de los 5.000 kilómetros cuadrados por los que se distribuye el Acuífero 23, un control que se hará mucho más intenso en la zona de influencia del parque.
Por su parte, el director general de Medio Natural y Biodiversidad, Félix Romero, ha asegurado que es necesario actuar con urgencia en Las Tablas de Daimiel para evitar su degradación y, para ello, hay que adoptar medidas que aseguren su «capacidad ecológica».
Por eso, ha abogado por que se inicie una ronda de diálogo para consensuar las actuaciones que se deban llevar a cabo en el futuro para garantizar la conservación de este espacio protegido y ha considerado «indispensable» que se tomen medidas de urgencia, como una aportación extra de agua al parque nacional, que «es la medicina que tenemos que dar al parque en un momento crítico como éste», ha aseverado. EFE.