domingo, 24 de noviembre de 2024
17/07/2014junio 9th, 2017
César del Río César del Río

Elección tras elección los militantes, bueno, sobre todo los simpatizantes, le iban diciendo a su partido, el PSOE, que así no, que verdes las habían segado y que necesitaban un cambio estructural tanto de caras como de mensaje porque el modelo que vendían no tenía nada de ganga. Podemos o no compartir opiniones sobre el particular, pero los números no engañan y no fue hasta el enésimo recuento de votos cuando Alfredo Pérez Rubalcaba se dio cuenta de que, efectivamente, ya ni era su lugar ni su momento. Ni en primera ni en segunda línea. Cosas que tiene la política. Sin más.

Y tuvieron que ser unas elecciones europeas, absolutamente insignificantes para la gran mayoría de los españoles, y de los europeos, quienes dieran la última alarma: o ahora o quizás el arrepentimiento llegaría demasiado tarde. Y Rubalcaba se fue. Había que poner cara, pues, al sustituto.


El pasado o el presente, porque ya veremos qué le depara el futuro al nuevo secretario general. O una cara de siempre, Eduardo Madina; o un rostro diferente, que pudiera aglutinar al menos nuevas ilusiones e intentara recomponer los últimos destrozos, que han sido muchos. Estuviera quien estuviera detrás. Pedro Sánchez. Votaban los militantes, no lo olvidemos, no ningún aparato. Y por mucho que alguien coja un teléfono y se ponga a llamar para inclinar votos al final el que deposita la papeleta en la urna lo hace de forma individual y no colectiva.

El PSOE necesitaba un giro radical. Primero en la persona, luego en sus propuestas para recuperar los votos que se le han ido a Podemos y a IU de forma sistemática elección tras elección. Ya no hay excusa, el cambio se ha realizado y este «pesoe» acaba con el anterior. No sé si con el de toda la vida, porque tampoco sería justo, pero sí con el más cercano, al que han «desangrao».

Ahora toca mover ficha en Castilla-La Mancha. Les guste o no, como en el resto de comunidades autónomas, hay vencedores y perdedores. Vean los resultados provincia a provincia y saquen conclusiones. Del paraíso al olvido apenas hay un paso para unos cuantos. En Ciudad Real sobre todo, donde apostaron desde el primer momento y sin ambages por Madina. Lícito, sin duda. Veremos las reacciones, que las autonómicas y municipales están a punto de caramelo.

¿Y Emiliano García-Page? Lean a su número dos, Jesús Fernández Vaquero, quien en la «noche electoral» prefirió no decir a quién había votado, y sabrán por dónde van los tiros. Acabado el misterio del PSOE nacional, de nada sirve mantener el del PSOE regional.

@CesardelRioPolo

cesardelrio@encastillalamancha.es

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