sábado, 23 de noviembre de 2024
14/04/2016junio 7th, 2017
César del Río César del Río

Mario Conde, detenido. Esto es como un déjà vu versión españolada de los 80 del siglo XX pero ajustada a los tiempos actuales, en los que los ciudadanos votan en unas elecciones para que haya pactos pero éstos son como el cuento de nunca acabar, que jamás tienen fin porque los «elegidos» piensan más en ellos mismos que en quienes representan. Nada nuevo, por otra parte.

Mario Conde, detenido. Sí. Junto a otros cuantos, entre ellos su hijo. ¿Por qué? Porque parece ser que el robo de Banesto todavía no tiene fin. Supuestamente el dinero que «saqueó» se fue directamente a Suiza, tenían patitas los billetes, y ahora poco a poco regresaba, sin que pareciera que nos diéramos cuenta, a los bolsillos españoles. Pero no a los que correspondían, a los de los sufridores clientes del banco de los bancos entonces, sino a quienes pergeñaron y engañaron sin ton ni son.


Cuánto listo…

El agujero de la entidad era de 2.300 millones de euros cuando fue intervenida en 1993 y fueron unos barros tan escandalosos que todavía nos salpican sus lodos. Conde pasó por la cárcel primero, como hacen ahora los VIP, las personas importantes, y luego se dejó ver por las tertulias de televisión a todas horas y en cualquier canal.

Hasta en eso era diferente a los demás, puesto que lo normal era primero pasar por las tertulias y luego hacer visitas temporales a pisión. Será que lo da la gomina…

No acabamos con un fregao cuando ya estamos metidos en otro. Ésta es la España nuestra, la de adivinar a quién detendrán mañana, pasado y al otro, al otro, al otro… Sabemos que haberlos los habrá pero todavía desconocemos sus nombres, apellidos y condición.

Aquí hubo rienda suelta para los millonetis que se forraron con el dinero de los demás y pan y circo para el resto. Si ya lo inventaron los romanos, pero entonces lo hacían con lanza, ahora en cuanto uno saca la cartera…

@CesardelRioPolo

cesardelrio@encastillalamancha.es

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