Muchos ciudadanos habrán oído o leído que dos revistas de información general tan conocidas como Interviú y Tiempo han cerrado. Y habrán comprobado que en tertulias de radio y televisión han hablado de la famosa portada de Interviú con la fotografía de la cantante y actriz Marisol desnuda. Pero no habrán oído ni leído que ese cierre deja sin trabajo a las 23 personas de la plantilla. Eso no se comenta ni se escribe porque, para muchos periodistas y para los grandes medios, el futuro de esos trabajadores y sus familias no es noticia.
El cierre de cualquier medio de comunicación siempre es una mala noticia, porque afecta al derecho a la información de la ciudadanía, al pluralismo informativo y a la democracia, en la que el periodismo es imprescindible. Pero también es una pésima noticia porque lleva aparejado el despido de personas que, con la crisis que siguen viviendo los medios de comunicación, es muy difícil que encuentren un trabajo o, si tienen la suerte de encontrarlo, que sea un puesto mínimamente digno. Pero eso, para muchos, no es noticia.
Las famosas portadas de Interviú y el desnudo de Marisol
En tertulias de radio y televisión se han preguntado por qué fotografía pagó más dinero Interviú (¿Lola Flores, Marisol, Belén Esteban, Marta Sáchez, Bárbara Rey..?), cuál de ellas les hizo vender más ejemplares o cuándo y por qué decidieron publicar también desnudos de hombres. Pero no han hablado de las 23 personas que se quedan en la calle, de su futuro y el de sus familias, de si los dueños -el Grupo Zeta- han estudiado en serio alguna posibilidad de evitar el cierre. De eso no han hablado porque, lamentablemente, para los grandes medios de comunicación y para muchos periodistas -salvo algunas excepciones, que las hay aunque se escuchen poco- eso no interesa a la ciudadanía y no es noticia.
La revista Tiempo ha publicado su último ejemplar el viernes 26 de enero, después de 36 años en los quioscos; Interviú lo hizo el lunes 29, tras 42 años de vida. De ambas despedidas han informado distintos medios de comunicación y han sido comentadas en tertulias. De los 23 trabajadores despedidos no han hablado, porque eso no es noticia.
El sacrificio de los trabajadores para salvar la empresa
Los trabajadores de esas dos revistas, como los del resto de sociedades del Grupo Zeta –El Periódico de Catalunya, el diario deportivo Sport, varios diarios regionales y numerosas revistas de todo tipo- llevaban casi seis años soportando una reducción del 16 por 100 de sus salarios, que habían negociado y aceptado para que la empresa pudiera hacer frente a la crisis económica, demostrando una responsabilidad que no han tenido los máximos dirigentes de ese grupo empresarial de comunicación.
En marzo del año pasado, cuando tenían que volver a cobrar los salarios sin recorte que percibían en 2011, según lo pactado entonces, la empresa les comunicó que no podía cumplir ese acuerdo debido a sus pérdidas económicas y les propuso un auténtico disparate: no sólo pretendía mantener el 16 por 100 de descuento que llevaban soportando durante esos años, sino que planteó aumentar ese descuento para que cobraran… ¡un 40 por ciento menos de sus sueldos!
Los trabajadores volvieron a negociar y, en un nuevo gesto de responsabilidad que la empresa no ha tenido, aceptaron continuar con el 16 por 100 de recorte salarial. Ocho meses después, el Grupo Zeta ha cerrado las dos revistas y los ha despedido.
El PP abarató los despidos
Casi al filo de la medianoche del 31 de enero, tras intensas negociaciones, los 23 trabajadores de esas dos revistas han votado y aprobado en asamblea el acuerdo que han alcanzado sus representantes con la empresa. En los próximos días recibirán las indemnizaciones acordadas, que no son muy cuantiosas debido a que la reforma del mercado laboral que aprobó el Gobierno de Mariano Rajoy -y que tanto defiende la ministra Fátima Báñez– abarató considerablemente los despidos, benefició a los empresarios y perjudicó a los trabajadores. Se quedarán en la calle y sin trabajo, la mayoría después de muchos años en la empresa.
El cierre de dos revistas tan emblemáticas como Interviú y Tiempo es noticia y merece ser comentado en programas de radio y televisión. El futuro de Gema, Miguel Ángel, Luis, Alberto, Celia, Antonio y otros 17 nombres más también lo merece, aunque muchos colegas del periodismo no hayan empleado ni un segundo de su tiempo en hablar o preguntar por ellos. ¡Cuánta autocrítica necesita esta profesión! ¡Y cuánto hay que cambiar esta sociedad!