Andalucía, Euskadi, Valencia, Madrid, Castilla-La Mancha… Y así hasta 11 de las 17 comunidades autónomas. Pedro Sánchez y su sprint final, avalado por más de 40.000 kilómetros a las espaldas recorriendo las agrupaciones socialistas de España, se han proclamado vencedores de las primarias socialistas para elegir nuevo secretario general.
Y lo ha hecho venciendo los principales fantasmas que amenazaban la elección, que eran los de que hubiese escasa participación y que la victoria del ganador fuera por escaso margen. Ambas circunstancias, decían los expertos, deslegitimaban a quien hubiera salido. Pues bien, la participación fue alta, porque los militantes de los partidos tienen muchas ganas de hablar y muy especialmente los socialistas. Y, de propina, más de 12 puntos de diferencia en el reparto de voluntades. Conseguir casi la mitad de los votos emitidos siendo tres los candidatos es un gran resultado, por más que Andalucía haya cimentado al vencedor de manera muy mayoritaria.
Ya lo quisiera para sí su partido o el PP en alguna de las próximas citas electorales que se avecinan y en las que el bipartidismo parte herido grave.
Castilla-La Mancha, como les hemos contado, siguió el camino de la mayoría y votó más a Pedro Sánchez. Su victoria se cimentó en tres provincias: Albacete, Cuenca y Toledo; mientras que Eduardo Madina sacó más votos en Ciudad Real y Guadalajara. Los resultados casi coinciden con las simpatías mostradas más o menos extraoficialmente por los aparatos. Así, tanto los secretarios generales del PSOE de Albacete, Manuel González, como de Toledo, Álvaro Gutiérrez, se habían inclinado por Pedro Sánchez. Mientras que los de Ciudad Real, José Manuel Caballero; y Guadalajara, Pablo Bellido, lo hicieron por Madina. Desde ese punto de vista, cuatro de los cinco secretarios generales «ganaron».
Confieso mi error con el caso de Cuenca, donde había escrito que Juan Ávila ha sido uno de los principales apoyos de Pedro Sánchez, que también había sido votado por el secretario general provincial, José Luis Martínez Guijarro. Mi error, inducido por una fuente sin duda mal informada, ha sido atribuir a Luis Carlos Sahuquillo, secretario de Organización del PSOE conquense, la recogida de avales para Madina. Me ha sacado amablemente de la equivocación José Navarro, alcalde de Ledaña, quien me ha informado que recogió avales para Pedro Sánchez por encargo expreso de Sahuquillo, que en su condición de responsable de la dirección provincial no se quiso implicar públicamente. Agradezco la corrección y pido disculpas por el error. Contado queda. Por cierto, el alcalde de Ledaña conoce desde hace años a Pedro Sánchez, con el que ha compartido iniciativas relacionadas con el emprendimiento y otros temas económicos y me ha trasladado la mejor de las opiniones del nuevo secretario general socialista.
Las grandes ciudades de la región se repartieron: Toledo, Albacete y Talavera, para Pedro Sánchez; Ciudad Real, Guadalajara y Puertollano, con Madina.
La dirección regional explica que dio libertad y que en todas las ejecutivas provinciales se ofreció la opción de recoger libremente avales para Sánchez, Madina o Tapias en función de las preferencias de cada uno.
Desde el PSOE de CLM, su número dos, Jesús Fernández Vaquero, fue el encargado de oficializar los datos y mandar el primer mensaje al nuevo secretario general: «Apoyo total, sin fisuras y al 100 por 100» desde la dirección que encabeza Emiliano García-Page. Desde el domingo, Toledo está con Sánchez, vino a decir el secretario de Organización regional, que no quiso desvelar su voto.
El segundo mensaje fue para su jefe de filas y líder de los socialistas castellano-manchegos: «Más pronto que tarde Emiliano García-Page tendrá que hacer pública su decisión en CLM». Y, aunque no la confirmó expresamente, prácticamente la dejó dicha: «Tranquilos, que va a llegar, nunca se ha echado para atrás ante un reto de estas características».
Blanco y en botella… Solo falta que lo diga el interesado. Es decir, que despejados los escenarios nacionales, Page afirme públicamente sus intenciones, que son las de ser candidato del PSOE en CLM. Pero su retraso en confirmarlo ha llenado de dudas e incomprensión a la mayoría de los que siguen la política con interés, tanto dentro como fuera de su partido.
Creo que Page es consciente de que no se entienden lo que hace ni porqué lo hace al retrasar sin fecha un anuncio que está en la mente de todos desde que fue aclamado líder del PSOE de CLM allá en febrero de 2012. Las cosas se le han complicado desde entonces, pero nadie le discute la jefatura y muchos menos la cabeza del cartel. Todos darán un respiro cuando diga ¡adelante!