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29/10/2015junio 7th, 2017
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El presidente del Gobierno repite mucho últimamente que España se ha sobrepuesto a la crisis económica y se ha recuperado -«en tiempo récord», ha declarado a TVE-, pero la realidad que viven cada día millones de
ciudadanos se empeña en llevarle la contraria. Mariano Rajoy tiene razón cuando dice que las cosas han empezado a mejorar, pero se pasa de rosca cuando presume de ello y no hace autocrítica reconociendo sus errores. Con casi cinco millones de parados después de cuatro años al frente del Gobierno, debería ser más prudente.

Durante sus cuatro años de mandato Rajoy se ha caracterizado por atender poco y mal a los periodistas: ruedas de prensa sin preguntas o permitiendo sólo dos o tres cuando comparecía con algún mandatario extranjero; no responder a los informadores en los pasillos del Congreso de los Diputados al abandonar el edificio los miércoles, tras someterse al control de la oposición, aunque se le pregunte por temas de interés para la ciudadanía; conceder escasas entrevistas… Últimamente, por el contrario, está compareciendo en los medios de comunicación más que en toda la legislatura.


En estas comparecencias -está bien que las haga, porque la ciudadanía tiene derecho a pedirle explicaciones también por medio de los periodistas, pero es una pena que haya decidido hacerlas sólo al final de su mandato-, Rajoy repite una y otra vez que en 2011 se encontró con un país al borde de la quiebra y de tener que ser rescatado económicamente por Europa y lo evitó con sus políticas y con el sacrificio de los ciudadanos. Esto es una verdad a medias: España no fue rescatada como lo fueron Grecia, Irlanda o Portugal, pero Europa sí tuvo que rescatar a la banca española, sobre todo a varias cajas de ahorro, y eso ha costado muchos millones de euros a todos los españoles y no a las entidades financieras rescatadas.

LA SUBIDA DE IMPUESTOS

En época preelectoral como la que vivimos, el presidente asegura que va a bajar algunos impuestos. Se le olvida decir que lo primero que hizo cuando llegó a La Moncloa fue subir el IVA, el IRPF y otros, en contra de lo que prometía el programa electoral del PP.

Reconoce Rajoy que se ha visto obligado a pedir muchos sacrificios a los ciudadanos, pero no los enumera de manera concreta porque sabe que así no ganará votos: recortes en sanidad y en la aplicación de la ley de dependencia; recortes en educación; recortes en libertades públicas con la aprobación de la llamada «Ley Mordaza» -Ley Orgánica de Protección de la Seguridad Ciudadana- y otras; recortes laborales con la reforma del mercado laboral más dura de toda la historia, que ha beneficiado exclusivamente a los empresarios en perjuicio de los derechos de los trabajadores; recortes a los pensionistas, aunque lo niega, porque por primera vez la subida de las pensiones no depende del índice de precios al consumo y ha sido solo del 0,25% -dos o tres euros al mes-, con lo que han perdido poder adquisitivo…

LEYES VOTADAS SOLO POR EL PP

En el catálogo de medidas negativas aprobadas durante el mandato de Rajoy también hay que citar el abuso exagerado del decreto ley para aprobar leyes, cuando esa fórmula está prevista solo para casos de extraordinaria urgencia, lo que ha impedido que fueran debatidas a fondo en las Cortes y mejoradas por los grupos parlamentarios con enmiendas; la aprobación de la polémica Ley Ogánica de Mejora de Calidad de la Educación (Lomce), que fue votada solo por los diputados del PP y que muchas comunidades no han
empezado a aplicar, incluso algunas gobernadas por los populares, entre otras.

Habrá quien se pregunte si es que el Gobierno del PP no ha hecho nada bien. Claro que sí, por supuesto que ha adoptado algunas medidas que han dado buenos resultados. Pero como hacer las cosas bien es la obligación de los gobernantes, porque son elegidos por los ciudadanos para que resuelvan los problemas, de esas cosas positivas basta con decir que han existido.

Con casi cinco millones de parados, Mariano Rajoy se ha atrevido a decir en TVE que se siente orgulloso de que España se haya sobrepuesto a la crisis en tiempo récord y «sin dejar a nadie al borde del camino». No debería haber pronunciado esas palabras, porque ¿qué dirán esos parados cuando le hayan escuchado? ¿Y las personas en situación de pobreza, pues España es el país de Europa donde más ha crecido? ¿Y las familias con todos sus miembros en paro que llevan mucho tiempo sin percibir ningún ingreso y viven gracias a ayudas familiares y de organizaciones no gubernamentales?

Hasta el próximo 20 de diciembre, los ciudadanos van a escuchar muchas promesas. Sobre las que ya hacen y harán los llamados partidos emergentes -que nunca han gobernado y que en algún caso han ido cambiando sus propuestas según sopla el viento, con el único propósito de pescar votos en todos los caladeros y sin importarles de qué ideología son- deberían pensar si ven posibilidades de que puedan cumplir lo que dicen o es una manera de regalar el oído al sufrido ciudadano para que les vote.

Respecto a las promesas que hagan Mariano Rajoy los dirigentes del PP, los electores deberían pensar por qué razón muchas de ellas no las han puesto en marcha mientras han gobernado y las prometen ahora. Algunas seguro que no era posible implantarlas, pero otras sí.

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