domingo, 24 de noviembre de 2024
06/02/2012junio 14th, 2017
César del Río César del Río

Ahora que se van a encontrar todos en Sevilla, que el falso buen rollo público entre las dos facciones cuando estén las grabadoras y las cámaras delante va a ser notorio y que el “¡ponme los cuchillos, González!” tan típico de nuestro entrevistado irreverente de esta semana cuando retransmite un partido de fútbol seguro que estará más vigente que nunca en la calentita tarde-noche socialista, donde seguro que no faltarán ni la pana ni la tortilla de patatas junto al mantel a cuadros, no está de más recordar algunas de las anécdotas que tuvieron lugar en la asamblea local de los toledanos cuando hicieron la preselección para elegir a los delegados que al final dejarán como titular a Chacón o a Rubalcaba en un congreso que se espera, cuanto menos, calentito.

Y que dejará secuelas.


Bueno, pero íbamos con las anécdotas…

¡Ponme los cuchillos, Emiliano!

Hubo dos personas, ya retiradas de la primera línea de fuego pero que en tiempos fueron referencia entre sus compañeros de la capital regional, uno de ellos todavía más a la izquierda que el otro, que echaron en cara al PSOE regional y, por lo tanto, a quien se sintiera aludido (en la parte toledana más alejada de Page todavía hay quienes apoyan hasta más no poder lo que (des)hizo Barreda y su gente), echaron en cara, decimos, que durante la época del anterior Gobierno se explicaron muy mal dos de los asuntos más turbios jamás vividos en esta comunidad autónoma: el del aeropuerto de Ciudad Real, hazmerreír del resto de españoles, sean socialistas o no, que ha acabado con su cierre total porque no hay empresario serio que se fíe y se quiera quedar con el mamotreto de La Mancha; y el de la primera caja de ahorros que intervino el Banco de España en sus numerosos años de historia, la fenecida CCM.

Bueno, lo de explicar mal… Dejémoslo ahí.

Bien, como decíamos esas dos personas (una con el pelo blanco y la otra con la cabellera medio rizada) revolvieron un poco más el patio asambleario. El asunto del aeropuerto provocó que, aunque el turno de palabra estuviera cerrado, se le concediera uno nuevo a Esther Padilla, la que fuera portavoz del PSOE de Barreda (ese mismo PSOE que está a punto de desaparecer para dar paso al nuevo de Page), quien recalcó que el asunto del aeropuerto venía de tiempo atrás, de la época de José Bono.

Y poco menos que Cospedal se había favorecido de su condición de secretaria general nacional para auparse a la Presidencia de Castilla-La Mancha.

Pero como no todo el monte es orégano, otro de los asamblearios salió a la palestra para decir que sí, que la actual presidenta podría haberse beneficiado de su cargo y de las veces que aparecía en los medios de comunicación nacionales, pero que la autocrítica también es importante y que había que reconocer que el partido, en Castilla-La Mancha (el Gobierno en resumidas cuentas), había hecho las cosas mal. O muy mal.

A las cifras nos remitimos y juzguen ustedes mismos.

En cualquier caso el debate interno de los hombres y mujeres de Barreda está a punto de pasar a mejor vida. Porque no sabemos si a nivel nacional cambiará en algo la historia, pero lo que sí está claro es que Sevilla marcará un antes y un después en el PSOE regional.

No saben cuántos socialistas, en Toledo sobre todo, están deseando que llegue el fin de semana del 24 y 25 de febrero, fechas en las que cambiará la historia del partido una vez más. Justo cuando se dará un giro radical a la forma de hacer política, a la de tratar a los semejantes y a dejar de mirar por encima del hombro solo por el mero hecho de ocupar cuotas de poder. Aunque éste sea partidario.

¡Ponme los cuchillos, Emiliano!

Un PSOE, el de Castilla-La Mancha, está a punto de pasar a mejor vida. Aunque algunos de los que están a punto de caer traten de aferrarse al timón de Page aun a costa de su propia honra. O de lo poco que les quedaba de ella.

Para bien o para mal, el alcalde de Toledo es ya un referente para todos los socialistas de España. Gane Rubalcaba o Chacón. Pero sobre todo si es el primero. Se ha dejado acariciar, querer, mimar…

…Mientras, en el PP ya le esperan.

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