Promover el tren de alta velocidad, el AVE, como han hecho distintos gobiernos del PSOE y del PP, no debería tener como consecuencia la desaparición paulatina del tren convencional. Los trenes de alta velocidad son un gran medio de transporte de personas, del que España puede presumir, pero también son más caros y no sirven para trasladar mercancías.
Por ese motivo, organizaciones sociales, políticas y sindicales de varios países de Europa, entre ellos España, han constituido una plataforma para defender el tren convencional como un medio público de transporte eficaz. Su primera actuación serán una serie de actividades en distintas ciudades europeas entre el 19 y 21 de junio.
Es probable que esta acción no tenga mucha trascendencia ni se hagan eco de ella los medios de comunicación, pero quien piense que es solo una ocurrencia se equivoca. Se trata de reclamar el servicio del ferrocarril tradicional, sobre todo los trenes nocturnos, como medio de transporte para conectar distintos territorios a precios moderados y, al mismo tiempo, para que sirva de impulso a las actividades sociales y económicas.
MENOS CONTAMINACIÓN
No es una simple ocurrencia o una tontería. Si buena parte de la población efectuara sus desplazamientos a pie -cuando sea posible y, naturalmente, para distancias cortas-, en bicicleta, en autobuses o en trenes se reduciría considerablemente la emisión de gases con efecto invernadero que tanto están influyendo en el cambio climático y, como consecuencia, se beneficiaría la salud de los ciudadanos.
Y no solo eso: potenciando ese transporte se estaría contribuyendo al ahorro de energía y a reducir la contaminación atmosférica y el ruido, otra manera de contaminar a la que los españoles no damos la importancia que tiene.
Izquierda Unida -que siempre ha defendido el ferrocarril tradicional como medio muy útil para transportar viajeros y mercancías, lo mismo que otros partidos de la oposición- participa en esta campaña europea y la apoya, junto a otras organizaciones de Alemania, Dinamarca, Francia y Suiza. Sería importante que se sumaran otros partidos y organizaciones de España y de otros países europeos, porque los problemas medioambientales no se resuelven con una varita mágica.
Pero los partidos políticos, tanto los tradicionales como los llamados emergentes -Podemos y Ciudadanos- están demasiado ocupados en prepararse para las próximas elecciones generales o en sus peleas internas -que se lo pregunten a Convergència Democrática de Catalunya y Unió Democrática de Catalunya, que están a punto de romper su matrimonio después de 37 años de vida en común- como para dedicarse a este asunto, aunque a muchos ciudadanos quizá les interesaría más que otros temas del día a día de la política. Es una lástima, porque no son cuestiones incompatibles.
LÍDERES MUNDIALES EN ALTA VELOCIDAD
España es líder mundial en trenes de alta velocidad, porque es el país de Europa que tiene más kilómetros de vía en esa modalidad y el segundo del mundo detrás de China. Esto es importante, porque se trata de un medio de transporte muy rápido y poco contaminante, pero que también tiene algunos inconvenientes, sobre todo un precio caro. Por eso habría que mantener y potenciar el ferrocarril convencional allí donde sea posible tras los estudios pertinentes de los expertos, para uso de quien no tenga una situación económica desahogada, un porcentaje de población elevado.
Hace mucho tiempo que los gobiernos, el actual y los anteriores, dedican toda la inversión del capítulo ferroviario a la alta velocidad. Además, el transporte de mercancías en trenes tradicionales es más barato y menos contaminante que por carretera. Sin negar las ventajas del AVE, ¿por qué no puede ser compatible con los trenes tradicionales? El Gobierno debería estudiarlo y no abandonar el ferrocarril tradicional, allí donde haya viajeros suficientes y sea posible que conviva con la alta velocidad.