lunes, 23 de septiembre de 2024
01/05/2014junio 9th, 2017
César del Río César del Río

Este alcalde holandés no se acuerda si le tocó el culo a la Reina Máxima o su mano se quedó a apenas un centímetro de él, ja, ja, ja…, este tío es un cachondo, y la Reina Máxima no ha dicho todavía nada acerca de si la mano izquierda del alcalde picarón se quedó a un suspiro de su culo o si en realidad le hizo una pasada de mano de izquierda a derecha tal y como dan a entender las imágenes de televisión que el domingo dieron la vuelta al mundo y que provocaron que todos nos fijáramos en un trasero real. O Real, con mayúsculas.

A Pere Navarro, también en domingo pero en un acto privado, una mujer se le acercó y después de decirle que era un «hijo de puta», no sé si en catalán o en román paladino (que ha sido el lenguaje que ha utilizado siempre el pueblo llano), le propinó un puñetazo porque la guerra independentista es lo que tiene, que también saca lo peor de cada uno. Acto reprochable y denunciable, pero es que en política no estamos acostumbrados a que los iguales hablen, sino a que se peleen. Generalmente con la palabra, aunque hay ocasiones en las que, por fortuna las menos, los desaprensivos actúan como tal. Digamos que aquí no hay dudas, no le rozó la cara al líder de los socialistas de aqueste lado del país, ni siquiera disimuló como el señor de la nalgada del párrafo de arriba, ni se quedó a un centímetro, sino que la señora cerró el puño y fue directamente al mentón. In your face, sin ambages.


Como se resolvían antes las cuitas. Cuestión de honor mal entendido, digamos.

A Dani Alves, jugador brasileño del Barça, ayer en Villarreal un impresentable le tiró un plátano justo cuando aquél pasaba por la banda porque, con toda la intención del mundo, le «confundió» con un mono por aquello del color tostado de su piel. Alves, para quitarle hierro, peló la banana y la mordió. El racismo es algo incontrolable que sigue vigente en los estadios de fútbol porque se confunde el balón con los más bajos instintos. La cobardía de uno escondida entre la multitud. No se puede cambiar, por mucho que se intente, no hay fórmula posible, sucede todos los domingos. Otra cosa sería que los de alrededor, al ver la escena, se chivaran (sí, se chivaran), llegaran los de seguridad y echaran al culpable. Con un añadido, que no pudiera entrar más en una cancha de juego.

Y las elecciones europeas a la vuelta de la esquina, ésas en las que el sentido común dice que no va a votar ni usted, por mucho que ahora nos traten de vender que Europa es la que manda. La misma Europa de la que se olvidarán al día siguiente de pasar por las urnas. Ojo porque en el Reino Unido el partido de la independencia suma ahora más adeptos que los tradicionales conservadores y liberales. El objetivo, salirse de la Unión Europea. Ésa sí que es buena.

Ojo porque el mundo se está volviendo majareta. Y no lo digo yo, los acontecimientos mandan…

@CesardelRioPolo

cesardelrio@encastillalamancha.es

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