César del Río
El cura de San Carlos del Valle (Ciudad Real) ha pedido perdón tras salir su asunto en los medios de comunicación después de no dar la comunión a una feligresa tras negarse ésta a seguir gratificando a su iglesia con un donativo de 6.000 euros que su hermano sí daba antes de fallecer. «Caridad» cristiana del cura, que se llama.
La mujer decidió que esos 6.000 euros, que son suyos y nada más que suyos, debían ir a dos ONG antes que dárselos directamente al cura para gastos de su iglesia. Será que no se fiaba mucho. ¿Cuál es el problema? Pues ninguno, pero para este señor eso significaba, como mínimo, una afrenta y la negó la comunión hasta en tres ocasiones.
Precisamente a una señora de 81 años que incluso cedió al ayuntamiento de la localidad una parcela para destinarla a un servicio social, tal y como publicaba El Español hace unos días, quien calificaba a la señora de beata que no se pierde su misa diaria y que su fe y su credo son su razón de ser.
Bien, pues el cura, que cuenta con el rechazo de parte del pueblo, no en vano los vecinos ya han pedido en dos ocasiones y por escrito al Arzobispado que le sustituya, ha decidido pedir perdón por su error y hacer propósito de enmienda. Lo hizo en misa, ante los feligreses que todavía le quedan.
El arrepentimiento debe servir para algo, sí, como atenuante, pero digo yo que el Arzobispado debería cumplir también con su parte y no dejar esto en un aquí paz y después gloria. Porque no dar la comunión por el mero hecho de quitarle ese gratificante donativo debería ser motivo de, al menos, negarle a él la oportunidad de oficiar misa.
Si a eso le añadimos que el señor ha olvidado las fechas de algunas bodas, se ha quedado dormido antes de oficiar algún funeral y se ha negado a dar la comunión a niños cuyos padres no son de su cuerda (según publicaba El Español), pues como que está sobrando en la iglesia. Y en la Iglesia. Porque hay curas (seamos creyentes o no) muy diferentes a él, que se dejan la piel a diario y al final pagan justos por pecadores.
Y mientras, como dice el alcalde de la localidad, el Arzobispado solo da largas.
Pues eso…
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