Entre meter en las listas a unos sí y a otros no, en función del acierto en sus funciones o de sus posibilidades de repetir en el Ejecutivo si el PP gobierna, el dedo de María Dolores de Cospedal eligió no meter a ninguno de los actuales consejeros en las listas autonómicas.
Entre premiar la tarea del Gobierno con un puesto en las listas o la de los hombres del partido, el dedo Cospedal eligió al PP.
Entre dejar el peso y la potencia del cabeza de lista al consejero de referencia en cada provincia o darle la función protagonista al partido, el dedo de Cospedal se quedó con el PP poniendo al frente de cada una de las circunscripciones a los presidentes provinciales del Partido Popular en vez de a sus consejeros más señeros. Solo con la excepción de Toledo, que encabeza la propia presidenta y lleva a Vicente Tirado de 2 y la de Ciudad Real, donde el número uno ha recaído en Francisco Cañizares, el leal portavoz parlamentario que ha subido enteros como la espuma, llegando a estar en las quinielas de posibles consejeros desde hace tiempo.
Las listas electorales cumplen varias funciones siempre, una de ellas, la de reconocer el trabajo de determinados colaboradores. Por qué Cospedal ha optado por no llevar a ninguno de sus compañeros de Gobierno a ninguna de ellas en ninguna provincia es un misterio muy comentado, pero cuya respuesta solo la secretaria general del PP tiene en la cabeza.
“Ella no va a dejar a nadie tirado”, dicen en el PP. Y seguramente es cierto. De hecho, en Toledo, lo más comentado de todas las listas era la defenestración política de Leandro Esteban. ¡Qué decepción!, son las dos palabras que los que conocían al político toledano con anterioridad han repetido más veces desde que llegó al Gobierno. Ahora mismo nadie da un duro por su futuro político y sería un milagro que volviera a formar parte del Gobierno si Cospedal tiene encomendada esa tarea a partir del 24 de mayo. Más bien parece que efectivamente sus sueldos futuros dependan de que sea cierta la afirmación de que “ella no deja a nadie tirado”.
La estrechez de los resultados en un parlamento tan pequeño como el que tendrá Castilla-La Mancha la próxima legislatura y las encuestas que un mes tras otro avisan del fin de las mayoría absolutas en casi todas las instituciones españolas, crean una incertidumbre en torno al 25 de mayo que ha hecho que la exclusión de las listas de los consejeros, y más cuando algunos de ellos ocuparon puestos destacados en ellas en otras legislaturas como fichajes estrella, dé para todo tipo de comentarios y ninguno positivo.
Que si Cospedal se los iba a cargar a todos si vuelve a gobernar, que si es que van a repetir casi todos ellos y no era necesario meterlos en listas, que si no se fía de tener consejeros enfadados como diputados en las Cortes si no gobierna después del 24 de mayo y en un parlamento con tan poco margen de actuación… Cuentan, incluso, que algunos ya han dado rienda suelta a su malestar diciendo eso de “¡a ver con qué ánimo trabajamos ahora!”…
En cualquier caso tengo claro que nadie rechistará en estos momentos y menos mientras haya aún expectativas de ocupar otros puestos. Públicamente todo será perfecto y todos están a disposición de la presidenta, ¡faltaría más! Pero intuyo que algo se ha roto en el monolítico PP castellano-manchego, ya veremos con qué consecuencias y en qué plazos.