Fue una experiencia religiosa. De los casi 15 conventos de clausura que hay en la ciudad de Toledo su alcalde se recorrió, en la semana que va de Nochebuena a Nochevieja, alguno más de 10. Uno a uno, sin micrófonos, alaracas, cámaras ni periodistas variados. Raro en él, ¿verdad?, porque eso de la comunicación lo controla desde el minuto uno. Como hace todos los años desde que acompañaba en la misma tarea, tiempos ha, a Bono. Pero hete ahí que la casualidad hiciera que se encontrara con un plumilla por el casco histórico el jueves 29 de diciembre del año pasado y Emiliano García-Page le invitó a acompañarle sin mayor ánimo que el de compartir unos minutos con unas monjas que, créanme, solo les faltó investirle cardenal.
Ese periodista es servidor y por eso se lo cuento, hasta donde puedo, porque fui testigo de que casi le llevan a los altares.
Iba acompañado de su jefa de Gabinete, Margarita Sánchez; y de dos de sus concejales, Maite Puig y Jesús Nicolás. Algunos de ellos, novatos en estas lides como yo, vivió la misma alucinación al comprobar cómo para las monjas allí presentes, clausura por medio, la visita era todo un acontecimiento. ¿Se imaginan a las servidoras de Dios, porque eran ellas quienes llevaban la voz cantante y allí Page y los demás éramos meros monaguillos, manteniendo una conversación fluida y nada descabellada sobre Merkel y Sarkozy con el máximo responsable de la ciudad con más religios@s por metro cuadrado de Castilla-La Mancha? ¿Pueden creerse que la «abadesa» Margarita parecía una novicia en ciernes, que Nicolás era uno de los seises aplicados de la Catedral y que Maite y yo poco menos que seminaristas beatos con sonrisa permanente y con los ojos como platos?
Pues sí.
Mientras, Page en su salsa.
«¡No te vayas a Madrid!», le llegó a decir una de ellas. ¡Pero si hasta la verja de la clausura se abrió para…! Hasta ahí puedo llegar. Mesa-camilla con faldillas por medio, mantel blanco de hilo con cenefas incluidas, un poquito de vinito y unas pastas que no las hace ni Dios, vamos. Perdonen la irreverencia, pero es que eran mano de santo…
Ahora ya me explico un poco más eso de que el voto es libre y personal. Y que hay que ganárselo puerta a puerta. Aunque algunas estén, supuestamente, clausuradas…
¡Por Dios!
CEMENTERIO NUCLEAR Y LA LOTERÍA DE VILLAR DE CAÑAS
Quizás de todos los comentarios, opiniones y demás retahíla de sapos y culebras que hemos escuchado durante estos días a los castellano-manchegos, implicados o no, sobre el asunto del cementerio nuclear de Villar de Cañas el más razonable, a mi entender, claro, ha sido el de su alcalde, José María Sáiz. Y da igual que sea de un partido o de otro. El regidor dijo a todos los periodistas que quisieron escucharle que a su pueblo le ha tocado la lotería, que hizo un referéndum entre los vecinos para ver qué opinaban y que el 80 por 100 dijo que sí, que adelante con él, que en ningún momento ningún experto les ha dicho que corren ningún tipo de peligro y que, en definitiva, aquí mucha teoría maligna profética pero…
Gente sabia ésta de los pueblos.
Sí señor.