Todas las encuestas electorales advierten del progresivo desgaste electoral del PP, que pierde porcentaje de apoyo a ritmo de vértigo. Claro, que el PSOE sigue vivo a duras penas y no recoge la cosecha que deja desperdigada su eterno rival. La ecuación se repite en cada encuesta.
La que El País publicó en su edición del domingo 9 de febrero explica, además, porqué está en caída libre el partido de Mariano Rajoy, que hace apenas dos años se paseó por las urnas intratable y consiguió su mayor victoria y, por ende, dejó a los socialistas en su derrota histórica y al borde de una catástrofe. Según ha averiguado el sondeo de Metroscopia para El País, esto es así porque el centro ha dado la espalda al PSOE. Los votantes moderados son, calcula la encuesta, un tercio del electorado. Hace apenas dos años este nutrido grupo de votantes dio la espalda a José Luis Rodríguez Zapatero -a quien había otorgado la victoria en 2004 y 2008- para entregarse a un Rajoy que prometió ser previsible y gobernar con sentido común.
Dos años después e intentando impedir lo inevitable, la aparición de Vox, el PP se ha escorado a la derecha en todas sus decisiones, muy especialmente con la ley del aborto, y el centro le da la espalda. Dice Metroscopia que hasta el PSOE suma hoy más votos de centro que el Partido Popular. Claro que los socialistas los pierden por la izquierda.
Por lo demás, el instituto demoscópico da otra prueba más, como todas las que se vienen publicando por parte de los especialistas en sondeos, de que el fin del bipartidismo se acerca. IU y UPyD afilan las uñas para hacer su agosto recogiendo el desgaste de los grandes, unos por gobernar como lo hacen y otros por no haber remediado los males en los que sumió al partido su última etapa en el Gobierno.
La sociología electoral ha demostrado suficientemente elección tras elección que en España el que se lleva la bolsa de votos del centro, que crece en cada legislatura, es el que gana las elecciones. Por lo tanto, no se entiende muy bien que el PP se empeñe en gestos que no han evitado el nacimiento de Vox, pero que sí le están costando una sangría entre los españoles moderados.
No sabemos qué estará contando Pedro Arriola de todo esto y si el gurú electoral del PP tiene otra visión o si comparte la de la mayoría, pero han dejado de hacerle caso. Lo cierto es que el PP necesita volver al centro con urgencia. Ya dijo Aristóteles que en el justo centro está la virtud: «La virtud es una disposición voluntaria adquirida, que consiste en un término medio entre dos extremos malos, el uno por exceso y el otro por defecto».
No menos que el PSOE renovar. Pero la situación del PSOE, tras el desastre de 2011, era previsible. Todos auguraron una larga travesía al partido de Alfredo Pérez Rubalcaba. La velocidad del hundimiento del PP, pese a que se sabía que los recortes tendrían consecuencias, está siendo una sorpresa. Sospecho que incluso para sus dirigentes.
Las elecciones europeas de mayo serán el primer termómetro para comprobar lo que apuntan las encuestas. Y también el torniquete que el PP piensa poner a su caída, porque estarán a un año de las elecciones autonómicas y las municipales.
Atentos.