Seamos serios: incrementar el número de parados abaratando el coste de los despidos es un auténtico disparate; reducir los salarios todavía más, aprovechándose de la reforma del mercado laboral que aprobó el Gobierno de Zapatero y que ha continuado y endurecido el de Mariano Rajoy, lo es todavía más.
Continuemos siendo serios, con independencia de las ideas políticas que tenga cada cual: no parece lógico, en tiempos de una grave crisis económica como la actual, exigir que todos los trabajadores tengan garantizado su empleo en las empresas públicas y privadas donde la plantilla haya sido inflada hasta niveles insoportables por distintos motivos; pero es mucho menos lógico todavía pensar que facilitando los despidos, al hacerlos más baratos, y reduciendo el consumo, al disminuir más los salarios, se va a conseguir la necesaria e imprescindible creación de empleo.
LOS «METOMENTODO» GOBERNADORES DEL BANCO DE ESPAÑA
Esto, que parece de sentido común y comprensible por todo el mundo, lo entiende cualquier común mortal… excepto el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Gobierno de Mariano Rajoy y los «metomentodo» gobernadores del Banco de España que, a juzgar por sus frecuentes declaraciones públicas, parece que les gusta más meterse donde nadie les llama y recomendar bajadas salariales que cumplir con su obligación de controlar a los bancos y cajas de ahorros para, por ejemplo, haber evitado los despropósitos que están aquejando a muchas entidades financieras. Viene bien recordarles el conocido refrán de «zapatero, a tus zapatos», y la frase no se refiere al anterior presidente del Gobierno.
El FMI, ese organismo internacional al que se supone en posesión de todos los datos y claves de la economía mundial pero que fue incapaz de detectar y prever hace cinco años la grave crisis económica que continúa asolando al mundo entero, a Europa y, de manera especial, a España, acaba de difundir un informe en el que recomienda «profundizar» en la reforma laboral más rechazada de la historia, abaratar el despido todavía más de lo que ya lo ha sido y, en definitiva, llevar a cabo una importante reducción de los salarios.
LAS «LUMBRERAS» DEL FMI
¿A qué «lumbrera» intelectual del FMI se le ha ocurrido tan brillante idea? Porque cualquier ciudadano de a pie piensa que si continúa recortándole los ingresos consumirá menos y, como consecuencia, que los comerciantes no contratarán a nadie si no venden sus productos. Es decir, no crearán empleo.
Pero lo más grave no es que a los supuestos expertos del Fondo Monetario Internacional y a sus mandatarios se les haya ocurrido semejante idea. No. Lo realmente grave para los ciudadanos españoles es que su Gobierno, el que ahora preside Mariano Rajoy, esté empeñado en cumplir esas recomendaciones y las de la famosa «troika» -el FMI, el Banco Central Europeo y la Comisión Europea-, sin poner en ningún momento lo que hay que poner sobre la mesa y sin decir nunca «hasta aquí hemos llegado» a unas propuestas que tanto daño están haciendo a la ciudadanía de nuestro país.
CONTRADICCIONES DEL GOBIERNO
Nada más conocer ese informe, la secretaria de Estado de Empleo, Engracia Hidalgo, afirmó que el Gobierno ya ha aprobado una reforma del mercado laboral «equilibrada, de envergadura y que está hecha». Pero el ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, declaró poco después que estas recomendaciones del FMI demuestran que España debe continuar con el proceso de reformas que ya ha iniciado. ¿Con qué opinión quedarse? A juzgar por lo visto hasta ahora, hay que temer que el Gobierno siga a rajatabla esas recomendaciones. Y ojalá que nos equivoquemos en este pronóstico.
Las últimas recomendaciones del FMI no solamente son un «disparate», sino que se les puede aplicar otras muchas definiciones que ofrece la rica lengua castellana: son una temeridad, desatino, necedad, dislate, exceso, burrada, locura, absurdo, extravagancia, despropósito, desvarío, insensatez, paradoja, contrasentido, monstruosidad… y algunas más. Con cualquiera de estas palabras puede ser definido el informe del FMI y cualquier ciudadano está de acuerdo con ello, excepto Rajoy y su Gobierno. Es una lástima, porque el sentido común debería ser, siempre, el más común de los sentidos, sobre todo en los políticos que nos gobiernan. Pero, en este terreno, no parece que sea así.
Y EN CASTILLA-LA MANCHA…
Hablando de disparates, uno de los más graves cometidos con Castilla-La Mancha fue, hace muchos años, el trasvase Tajo-Segura, que ha permitido desviar agua que no sobraba en esta comunidad a la región de Murcia, donde se ha utilizado entre otros fines para regar campos de golf.
El 20 de junio es el cuarto aniversario de una de las manifestaciones más numerosas celebradas jamás en esta región, la que tuvo lugar en Talavera de la Reina (Toledo) contra ese trasvase. Es un buen momento para que la presidenta de la Junta, María Dolores de Cospedal, se tome en serio las reivindicaciones de Miguel Méndez-Cabeza y Miguel Ángel Sánchez, los portavoces de la Plataforma en Defensa de los ríos Tajo y Alberche, de Talavera, que nunca han sido apoyadas ni por los presidentes socialistas José Bono y José María Barreda ni tampoco por la del PP, María Dolores de Cospedal. Por si ella no lo sabe, o no se lo cree, muchísimos ciudadanos se lo agradecerían.