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AUMENTA LA IRRITACIÓN DE LA PLANTILLA DE RTVE CON ROSA MARÍA MATEO - 21 abril 2019 - Madrid
Agustín Yanel Agustín Yanel

Si los asesores de Pedro Sánchez se hubieran molestado en leer la Ley Electoral y las normas que ha establecido la Junta Electoral Central (JEC) para los debates durante el periodo electoral, le habrían evitado el tropezón que ha dado en su campaña. También habrían evitado que la ciudadanía haya tenido que soportar una ridícula polémica sobre los debates, que ha ocupado demasiado espacio en todos los medios. Los sufridos electores hubieran preferido dedicar ese tiempo a conocer las propuestas de cada partido en los temas que de verdad interesan a la gente en su vida diaria.

Finalmente, después de casi una semana de polémica, el presidente del Gobierno y candidato del PSOE ha rectificado su error inicial y ha decidido participar en dos debates, primero en TVE el lunes 22 y al día siguiente en Atresmedia (Antena 3 y LaSexta), tal y como se defendió en esta columna hace una semana. Pero con una novedad: Santiago Abascal, líder del partido de ultraderecha Vox, no participará en el debate de Atresmedia, en contra de lo que había organizado esa empresa.


La ausencia de Santiago Abascal

La ausencia de Abascal de ese debate no se debe a que haya sido vetado por presiones del Gobierno y del PSOE, como han dicho algunos políticos y periodistas, ni tampoco a una concesión de Pedro Sánchez a los independentistas de Carles Puigdemont. El asunto es mucho más sencillo: según la Ley Orgánica del Régimen Electoral General (Loreg) y las normas de la Junta Electoral Central, el líder de Vox no puede participar en ese debate si no intervienen también otros partidos que en las elecciones generales de 2016 obtuvieron representación en el Congreso y más votos que Vox.

La Loreg, en contra de una opinión errónea bastante extendida, también afecta a las televisiones privadas. Y en su artículo 66.2 establece que esos medios deben respetar los principios de pluralismo, igualdad, proporcionalidad y neutralidad informativa en los debates que emitan durante la campaña electoral. La JEC estableció en 2011 que las televisiones privadas, cuando inviten a políticos a un debate electoral, deben tener en cuenta el resultado que obtuvo su partido en unas elecciones anteriores similares, en este caso en las generales de 2016. Atresmedia no respetó esa disposición, porque invitó a Vox, que había tenido el 0,1 por 100 de votos y ningún escaño en aquellos comicios, y no llamó a Junts per Catalunya (2,1 por 100 y ocho escaños), PNV (1,19 por 100 y cinco escaños) y Coalición Canaria (0,39 por 100 y un escaño). Estos tres partidos recurrieron y la JEC les ha dado la razón.

En los debates electorales también pueden participar, si una televisión lo considera conveniente, representantes de partidos considerados «grupo político significativo». Hay quien ha visto supuestas presiones en la decisión de la JEC porque en los debates de 2016 participó Pablo Iglesias y ahora no se permite intervenir a Santiago Abascal. Pero olvidan que, según las normas de la JEC, un grupo político se considera «significativo» cuando en unas elecciones anteriores ha obtenido al menos el 5 por 100 de los votos, aunque no consiguiera escaños. Podemos había superado ese porcentaje en las elecciones europeas (similares a las generales porque se vota en toda España) y por eso pudo participar en los debates; Vox llegó solo al 0,1 por 100 en las generales de 2016, como se ha dicho, y no puede intervenir. Así de simple.

¿No gustan esas disposiciones de la ley de las que derivan las instrucciones de la Junta Electoral Central? Pues habrá que modificarlas, como han pedido a los partidos políticos la Federación de Sindicatos de Periodistas (FeSP) y otras organizaciones, para que la información durante la campaña electoral quede exclusivamente en manos de los periodistas y no de lo que decida la JEC. Pero mientras no llegue ese cambio, esas normas hay que respetarlas, Atresmedia no lo hizo y los asesores de Pedro Sánchez no le alertaron de ello.

Las rectificaciones de Pedro Sánchez y TVE

La decisión de la JEC obligó a Pedro Sánchez a rectificar y aceptó participar en el debate de TVE el lunes 22 de abril. Además, en vez de decir que participaría también en el debate de la cadena privada el martes 23, renunció a intervenir en Atresmedia pese a que ya se había comprometido a ir.

Para liar aún más este culebrón sobre los debates electorales, la administradora única provisional de RTVE, Rosa María Mateo -que en los meses que lleva al frente de la radio televisión pública está perdiendo todo el prestigio profesional que se ganó durante años en TVE-, decidió cambiar de día el debate y emitirlo el martes 23 coincidiendo con el que va a celebrar Atresmedia con Pablo Casado, Pablo Iglesias y Albert Rivera pero sin Pedro Sánchez. Es decir, Mateo contraprogramó a Antena 3 y LaSexta, lo que provocó muchas críticas porque se interpretó como un claro sometimiento de TVE al Gobierno y el PSOE cuando desde todos los ámbitos se pide garantizar la independencia de la radio televisión pública.

En este embrollo, que ha ocupado las portadas de los diarios y ha abierto los informativos de radios y televisiones, Pedro Sánchez se equivocó, ha rectificado por segunda vez en pocos días y va a intervenir en los dos debates de la polémica. Rosa María Mateo también ha rectificado y mantendrá el debate para el lunes 22, como estaba previsto.

Quienes no han rectificado son los políticos que denunciaron, sin ningún argumento sólido, presiones del Gobierno y del PSOE y concesiones a los independentistas catalanes. Tampoco han rectificado algunos periodistas de Atresmedia, que ha llegado a decir que el debate Antena 3 y LaSexta sería «más profesional» que en TVE. ¿Por qué? ¿Acaso se consideran ellos mejores profesionales que los de la cadena pública?  Unos y otros deberían pedir disculpas a la ciudadanía. El espectáculo que han protagonizado es bastante lamentable».

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