En un partido con más de 100 años no es la primera vez que se vive un momento crítico. Pero éste de ahora es de los más importantes para el futuro del Partido Socialista en España. No es exagerado decir que en los próximos meses, el PSOE se la juega.
Cuesta abajo en las urnas, con una sangría de votos cada vez que hay elecciones, sean del ámbito que sean, con un mensaje desdibujado, obligado por las circunstancias a colaborar con su máximo adversario, el PP, y atrapado entre dos aguas: girar al centro o más a la izquierda, el PSOE se la juega en los próximos meses.
El PSOE se la juega en el qué y el cómo, pero sobre todo en el quién
Cada escenario se antoja peor y el calendario se presenta como una espada de Damocles. La posibilidad de unas nuevas y cercanas elecciones es riesgo de infarto, en el sentido literal, el de que el PSOE entre en colapso.
Todo ello hace que los socialistas no solo tengan que resolver el quién, sino también el qué y el cómo. Pero si se equivocan en el quién, apaga y vámonos.
Ya son tres los precandidatos en liza: Susana Díaz, Pedro Sánchez y Patxi López, pero la pelea estará entre los dos primeros. Ella, decidida a presumir de la historia del PSOE, de sus líderes históricos y de la moderación que ha hecho que sea el partido que más años ha gobernado en España y el único que lo ha hecho en todas las comunidades autónomas. Él, más lobo estepario, contra todo y contra todos, decidido a romper con el pasado y sus protagonistas, a los que considera culpables de todos los males.
[ze_summary text=»Ella, decidida a presumir de la historia del PSOE y de sus líderes históricos; él, más lobo estepario, contra todo y contra todos»]Ella, decidida a presumir de la historia del PSOE y de sus líderes históricos; él, más lobo estepario, contra todo y contra todos[/ze_summary]No sé quién ganará estas primarias en las que el PSOE se la juega. Sí sé que es una incógnita hasta dónde llegará Susana Díaz si toma las riendas. Sus antecedentes es de éxitos electorales y su carta de presentación de capacidad de unir. Nadie sabe si serán suficientes o no para devolver a su partido al Gobierno de España. De lo que no cabe duda es de lo que les espera a los socialistas en manos de Pedro Sánchez, un nuevo retroceso electoral que podría ser definitivo. No son opiniones, son datos.
Los militantes de los partidos votan con las emociones y en el PSOE ha habido muchas negativas, a base de errores, desencantos y traiciones a sus propias señas de identidad, nada que no le pase a la socialdemocracia europea. Eso, dicen los analistas, dispara la posibilidades de Sánchez por encima de sus posibilidades reales en una situación «normal».
Susana Díaz ha exhibido en su presentación una capacidad de reconciliación y de aglutinar nombres que pocos antes han tenido, mientras que Pedro Sánchez se agarra en sus actos a las ruptura con el pasado y con los líderes que han hecho historia en el PSOE y en el país. Dos modos, dos espadas en alto. En mi opinión, reconciliar y sumar son dos palabras que el PSOE necesita con urgencia y en grandes dosis.
[ze_summary text=»La posibilidad de elecciones es riesgo de infarto, en el sentido literal, el de que el PSOE entre en colapso»]La posibilidad de elecciones es riesgo de infarto, en el sentido literal, el de que el PSOE entre en colapso[/ze_summary]En el PSOE de Castilla-La Mancha no han hablado los militantes aún, pero casi todos los que tienen alguna responsabilidad pública, orgánica o ambas se fueron el domingo a Madrid para apoyar a Susana.Page es «susanista» y el PSOE de CLM también… Con excepciones
Muchos y muy conocidos rostros del socialismo castellano-manchego estuvieron con Susana Díaz, empezando por el presidente de la región y secretario general del PSOE de CLM, Emiliano García-Page, junto a sus predecesores en ambos cargos: José Bono y José María Barreda y cuatro de los cinco secretarios provinciales. Todos menos el de Albacete.
En Castilla-La Mancha ganó Pedro Sánchez las primarias que le convirtieron en secretario general. Lo hizo con el apoyo de Page, de Bono y de tres líderes provinciales: José Luis Martínez Guijarro, Álvaro Gutiérrez y Manuel González. Solo le queda el último. Los dos que apostaron por Eduardo Madina, que fueron Pablo Bellido y José Manuel Caballero, hoy están con la presidenta andaluza.
[ze_summary text=»Page, Bono, Guijarro, Gutiérrez y González apostaron por Sánchez, al que solo le queda el último»]Page, Bono, Guijarro, Gutiérrez y González apostaron por Sánchez, al que solo le queda el último[/ze_summary]Algo deben haber hecho muy mal los dirigentes socialistas para que puertas adentro aquel que recibe el apoyo del aparato quede marcado como un apestado. Pero algo debe haber hecho muy mal Pedro Sánchez para que nadie con votos o responsabilidades, pasadas o presentes, esté con él.
El PSOE se la juega. Si falla esta vez con el quién, ya no interesará ni el qué ni el cómo.