Cuando el ciudadano Fulanito se despertó, el 1 de enero de 2014, y conectó la radio para escuchar las noticias, pensó que estaba soñando. No daba crédito a lo que decían en su emisora habitual: ¡Mariano Rajoy y otros políticos del PP y del PSOE se comprometían a hablar entre ellos todo lo que fuera necesario, a escucharse, a analizar las propuestas mutuas, a buscar juntos soluciones a los problemas y a aprobar las leyes por consenso y nunca más por decreto-ley o únicamente con los votos del partido mayoritario!
¿Qué ha pasado aquí?, se preguntó el ciudadano Fulanito. El presidente del Gobierno, al que tan poco le gusta comparecer ante los incómodos periodistas que le preguntan por asuntos que no le apetece abordar, anunciaba que en el año que acaba de comenzar va a responder a los informadores al menos una vez cada 15 días.
Además, Rajoy y los dirigentes de su partido rectificaban y se comprometían a cumplir el programa electoral del PP en lo que queda de legislatura, porque lo que prometieron en él es lo que les hizo ganar las elecciones.
RUBALCABA Y SU FUTURO
A medida que avanzaba el informativo en la radio, la sorpresa del ciudadano Fulanito iba en aumento. No era para menos. El líder de la oposición, el socialista Alfredo Pérez Rubalcaba, anunciaba por fin lo que muchos en su partido llevan bastante tiempo pidiéndole y esperando: aclaraba que no se va a presentar a las elecciones primarias que celebrará el PSOE para elegir a su nuevo líder.
El presidente del Gobierno catalán, Artur Mas, reconocía que se ha metido en un callejón sin salida al pretender convocar una consulta sobre la independencia de Cataluña que hoy sería ilegal; asumía que ha tomado el pelo a los catalanes al guiarles hacia un camino que no conduce a ninguna parte y, como le vienen diciendo por todas partes desde hace tiempo, aceptaba que si Cataluña se independiza de España no entrará en la Unión Europea como otro Estado más y las consecuencias para sus habitantes serían muy graves.
A esas alturas del noticiario, al ciudadano Fulanito casi se le paró el corazón cuando escuchó que varios cargos de UGT de Andalucía reconocían haber falseado facturas para pagar gastos propios con fondos públicos recibidos para cursos de formación y dimitían para no hacer más daño a sus compañeros del sindicato, la inmensa mayoría de ellos gente honrada y comprometida que dedica parte de su tiempo y de su vida a intentar mejorar la situación de los trabajadores.
GALLARDÓN Y «SU» LEY
El colmo de la sorpresa llegó cuando el periodista que explicaba las noticias dijo que el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, ha decidido retirar su proyecto de reforma de la ley de interrupción voluntaria del embarazo, porque la gran mayoría de las mujeres no lo considera necesario, y ha convocado a los grupos parlamentarios y a las organizaciones implicadas para analizar entre todos qué aspectos de la ley actualmente vigente es necesario cambiar para mejorarla.
Al ciudadano Fulanito se le abrieron los ojos como platos cuando escuchó que la ministra de Sanidad, Ana Mato, y el titular de Industria, José Manuel Soria, habían dimitido, la primera por la presunta implicación de su ex marido en la trama corrupta del caso Gürtel -ya se sabe eso de que en política, la mujer del César además de ser honrada tiene que parecerlo- y el segundo por no haber sabido gestionar como corresponde el escándalo del aumento del precio del recibo de la luz.
También escuchó, con absoluta incredulidad, que el ministro de Educación, Cultura y Deportes, José Ignacio Wert, había presentado su dimisión tras haber logrado el triste récord de poner en su contra prácticamente a toda la comunidad educativa, tanto las organizaciones y sindicatos de izquierdas como de derechas o de centro.
El ciudadano Fulanito se levantó, se aseó, desayunó, salió a la calle, compró el periódico y lo leyó. Fue entonces cuando se chocó de bruces con la realidad y comprobó, con pesar, que Rajoy no tiene ninguna intención de rectificar, que el PP va a seguir sin cumplir su programa electoral, que Rubalcaba no desvela la incógnita sobre su futuro político, que este año vamos a tener a Artur Mas hasta en la sopa, que ningún ministro ha dimitido ni ha sido destituido aunque más de uno se lo merece, que el Gobierno y el PP siguen dispuestos a aprobar leyes importantes solo con sus votos y sin el consenso que sería deseable y necesario, que Ruiz-Gallardón continúa adelante con su polémica ley del aborto…
En definitiva, se dio cuenta que muchos políticos del Gobierno y del principal partido de la oposición siguen practicando el lamentable juego del «y tú más», tirándose los trastos a la cabeza a diario y aprovechando cualquier asunto para descalificar al adversario político en vez de hacer una crítica constructiva e intentar el acuerdo en beneficio de la ciudadanía.
El ciudadano Fulanito llegó a una conclusión: todo eso que creía haber escuchado en la radio en realidad no lo había escuchado, es que estaba soñando.
Y EN CASTILLA-LA MANCHA…
Casi todos los personajes públicos consultados por este digital han dicho que su mayor deseo para 2014 es que haya trabajo para todos.
Desde esta columna compartimos ese deseo y también uno más: el del presidente de la Diputación de Ciudad Real, Nemesio de Lara, quien ha deseado «sentido común y compromiso para los políticos, que yo también me quiero aplicar…». Pues a practicarlo todos.