El tren que llega a Talavera, cuando eso sucede porque previamente no se ha averiado, es una especie de charlotada berlanguiana impropia de la ciudad de la que estamos hablando y, por supuesto, del siglo XXI. Que hasta el propio alcalde, Jaime Ramos, del mismo color político que el titular del Ministerio de Fomento, haya dicho en alguna ocasión que es bochornoso, así como la oposición, que reclama semana sí semana también una solución urgente ante tal despropósito, da buena idea de que poco menos que nos encontramos como en el lejano Oeste en la ciudad de la cerámica cuando de ferrocarril hablamos.
Algún día veremos una diligencia por Talavera
Solo faltaba que algún día viéramos aparecer por los jardines del Prado una diligencia…
El espectáculo de ver a unas decenas de pasajeros andando en paralelo a la vía durante un kilómetro hasta llegar a la estación del tren porque la máquina había dicho que hasta ahí llegaba y no se movía más tuvo que ser poco menos que un mal chiste de una secuencia almodovariana. Ocurrió en septiembre y no era la primera vez, no.
Si a eso le añadimos que después de Talavera, el próximo destino es Extremadura, donde incluso han montado una plataforma que utiliza el cachondeo para que los políticos se den cuenta de que hasta la tierra de conquistadores llega poco menos que un tren de juguete, pues se pueden imaginar el monumental cabreo que tienen por aquella parte no solo del oeste toledano, también del español.
La consejera de Fomento del Gobierno de Castilla-La Mancha, la talaverana Tita García, ha utilizado la expresión «tres trenes rotos cada dos por tres» para definir un problema del que los talaveranos ya han dicho basta. Por eso y porque el AVE es un sueño inalcanzable durane los próximos lustros, porque están cansados de que la ciudad vaya para atrás en infraestructuras y no para adelante, porque las promesas del Congreso y del Senado pues eso, promesas son…
Si a eso le añadimos que los horarios que conectan por tren (si no se avería antes) Talavera con Madrid o viceversa son poco menos que inexistentes, pues se forma un cóctel que a ver quién es el guapo que lo arregla.
Ay, Talavera…
@CesardelRioPolo
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