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11/02/2016junio 7th, 2017
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Si Mariano Rajoy hubiera destituido al ministro Jorge Fernández Díaz hace al menos un par de años, como se merecía, muchos ciudadanos no habrían sentido ahora vergüenza ajena al escuchar unas lamentables declaraciones del ministro del Interior en funciones. Pero el todavía presidente del Gobierno le ha mantenido en ese cargo porque ha sido siempre muy reaccio a realizar cambios en su gabinete… excepto cuando premió a los ministros Miguel Arias Cañete y José Ignacio Wert con sendos puestos muy bien pagados en Europa y cuando dimitieron Ana Mato y Alberto Ruiz-Gallardón.

Hace cuatro años que ETA anunció el «cese definitivo» de su actividad armada y dejó de cometer atentados. Desde entonces ha habido numerosas detenciones y está prácticamente derrotada y desarticulada -aunque falta que entregue las armas y pida perdón-, gracias al trabajo de las fuerzas y cuerpos de seguridad, los jueces, la unidad de todos los partidos contra el terrorismo y la ciudadanía.


A pesar de esa situación agónica de una organización terrorista que tanto dolor ha causado durante décadas, el ministro Fernández ha soltado por su boca este disparate: «Del PP y del Gobierno del PP no esperan nada, me refiero a ETA. Lo que están esperando como agua de mayo es que hubiera un Gobierno del PSOE con Podemos e Izquierda Unida y apoyado por el PNV».

NO FUE UN CALENTÓN DE BOCA

Esas palabras no las ha dicho el ministro porque se le haya calentado la boca durante una entrevista en la cadena Cope. Prueba de ello es, que al día siguiente de pronunciarlas, dijo que no tenía nada que rectificar sino que se ratificaba en lo que había dicho, con este argumento: el partido político Podemos defiende el acercamiento de los presos terroristas a cárceles del País Vasco y Navarra, como ha pedido siempre la izquierda abertzale.

Sin negar la eficacia que haya tenido para la política antiterrorista la dispersión de los presos etarras en cárceles alejadas de sus familias, ¿acaso cree el ministro que están equivocados todos los juristas y expertos que defienden el acercamiento de esos presos a prisiones vascas y navarras, porque lo permite la Ley Penitenciaria?

No se sabe si el socialista Pedro Sánchez logrará su objetivo de convencer a Ciudadanos, Podemos, IU y al PNV a la vez para que le permitan -con sus votos o con la abstención- ser presidente del Gobierno. Lo que sí se sabe es que el rey Felipe VI le ha encomendado que lo intente, después de que Rajoy renunciara a hacerlo, y eso debe ser respetado por todos, de manera especial por los miembros del Gobierno en funciones, lo que no les impide que ejerzan la legítima crítica política.

UN MINISTRO MUY POLÉMICO

Los cuatro años que Jorge Fernández lleva de ministro han estado envueltos en la polémica, unas veces por sus sorprendentes o intolerables declaraciones y otras por su defensa a ultranza de normas como la Ley de Protección de la Seguridad Ciudadana -conocida como Ley Mordaza-, pese al rechazo generalizado que recibió de todos los partidos de la oposición y de decenas de organizaciones ciudadanas y ong de todo tipo. Hasta Cáritas se mostró en contra de algunos artículos de esa ley, pero fue aprobada solo con los votos del PP y está en vigor.

La ciudadanía está a costumbrada a escuchar declaraciones de algunos políticos que sorprenden o indignan. Todos ellos tienen derecho a decir lo que quieran -la libertad de expresión se lo permite, aunque el Gobierno de Rajoy ha limitado este derecho constitucional durante su mandato precisamente con normas como la Ley Mordaza-, pero a todos hay que pedirles que piensen lo que dicen en público y que actúen con sentido común. Y no siempre ocurre así, como ha demostrado en numerosas ocasiones el ministro Jorge Fernández.

¿Qué se puede esperar de un ministro del Interior que condecoró con medallas de la Policía y la Guardia Civil a Nuestra Señora María Santísima del Amor y a la Virgen de los Dolores de Archidona (Málaga); que ha bautizado una academia de policía con el nombre Centro Ángeles Custodios o que ha dicho que tiene un ángel de la guarda al que llama Marcelo que le ayuda para aparcar el coche y también en las grandes cosas?

Las profundas convicciones religiosas del ministro del Interior en funciones son totalmente respetables, pero él sabe perfectamente que España es un país aconfesional y, por consiguiente, sus condecoraciones a vírgenes no son de recibo, tal y como han denunciado incluso algunos sindicatos policiales.

Quienes intentan meter miedo, anunciando todo tipo de desastres si llega a gobernar un determinado partido o coalición, es que consideran tonta a la ciudadanía pero no van a lograr su objetivo. Utilizar el terrorismo para amedrentar es, además de impresentable, repugnante. Afortunadamente, a Jorge Fernández Díaz le queda poco tiempo al frente del Ministerio del Interior.

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