César del Río
Estos días tan revolucionarios que tenemos y que han llevado a un tal Christopher Mateo (he salido a la calle a preguntar por él y 10 de 10, «naide» le conoce, vaya por Dios) a ganar esa especie de vodevil mediático en el que unos humanos se sobreviven y se comen a otros y donde el Rocco más Rocco de todos los españoles parece que quedó finalista pero no venció solo por unas décimas (huelga la broma de que mucho por un lado pero poco por otro); días, les decía, en los que Casillas todavía llora porque su amada ya no le quiere; en los que Krahe deja huérfana a la canallesca; en los que Grecia cierra temporalmente los bancos, sus dirigentes se dan cuenta de que más vale Europa en mano que cientos de billetes volando -tengo para mí que el experimento le pasará factura a Podemos en España-; estos días tan revolucionarios decía, en los que…
¡Primarias en el PP! Sí pero no. O no pero sí. El caso es que fue María Dolores de Cospedal quien en la Conferencia Política de los «populares» habló, ¡oh, sorpresa!, del nuevo peso que han de tener los militantes a la hora de elegir a sus presidentes provinciales, regionales e incluso nacional. Eso solo tiene una lectura, aunque no citara expresamente la palabra Primarias. Que parece que da como «yuyu». Dos días después Mariano Rajoy, a la sazón candidato en las próximas generales porque todavía no va a haber Primarias en el PP (a lo sumo cuando termine el próximo proceso electoral), todo sea dicho de paso por si a alguno no se le había ocurrido, pues eso, que Rajoy ni siquiera le dedicó un segundo de su tiempo a esa nueva revolución que su partido necesita y que a él como si tal cosa.
Algo se cuece ahí dentro. Cuando la secretaria general, el director de campaña y los cuatro vicesecretarios entonan prácticamente el mismo discurso mientras el presidente y si nadie lo remedia candidato sigue a su bola…
Si pides el voto en las urnas a los militantes, dales el voto antes de llegar a las urnas a los militantes. Lo demás queda para el pasado, para equipos absolutamente jerarquizados donde mandan los aparatos y los demás a decir «sí, bwana» en público aunque en privado discrepen y maldigan. Donde los dirigentes regionales y provinciales hacen y deshacen a su antojo como si no hubiera mañana y se crea un estado caciquil interno que hace que los partidos, como entes endogámicos, vayan a la baja…
Precisamente en estos días tan revolucionarios en los que en México buscan ahora al Chapo después de fugarse tras recorrer un kilómetro y medio de túnel y «hacerse un Alcatraz» tras dejar atrás un penal de máxima seguridad (habrá que plantearse qué significan allí las palabras «máxima» y «seguridad»); en los que UPyD vuelve a intentarlo precisamente tras unas Primarias; en los que la tecnología punta llega a las 3.000 viviendas de Sevilla…
¡Más madera! Digo… ¡Más Primarias!
@CesardelRioPolo
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