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17/09/2015junio 7th, 2017
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“Ni fue una carambola electoral ni es un paréntesis el Gobierno del PP en CLM”. La frase la pronunció María Dolores de Cospedal el 30 de junio de 2013. Estaba en Toledo, rodeada de todo el poder “popular” castellano-manchego y de 1.500 militantes y simpatizantes exultantes, que abarrotaban el Palacio de Congresos de la capital. Se conmemoraban dos años de la histórica victoria del PP en 2011, la que dio al traste con 28 años de gobiernos socialistas.

Nada hacía presagiar lo que sucedió el 24 de mayo de 2015. Es cierto que había síntomas preocupantes y nada halagüeños del desgaste del partido y de su líder en CLM, pero el establishment oficial los obviaba o los silenciaba, por las buenas o por las malas. Así que casi todo el mundo pensaba que la frase de Cospedal, “ni fue una carambola electoral ni es un paréntesis el gobierno del PP en CLM”, iba camino de convertirse en realidad.


Y si bien es cierto que el PP no fue una carambola electoral en 2011, no se puede negar que sí que es un paréntesis en la historia de Casilla-La Mancha como comunidad autónoma, porque al menos en los 36 primeros años de la historia de la región solo van a gobernar cuatro. Eso es un paréntesis y, además, pequeño. Si es reversible o no dependerá de los actores que pueden remediar o perpetuar la situación y de su hoja de ruta a corto y medio plazo.

El revés, completamente inesperado y a duras penas encajado cuatro meses después, no ha mermado, sin embargo, la moral oficial del PP y de sus principales cuadros en la región. El portavoz del Grupo Popular en las Cortes, Francisco Cañizares, uno de los hombres claves sobre los que se articula la oposición hoy, dice (cuando le preguntamos por el ánimo en las filas del Partido Popular): “Sin duda, no es algo agradable, ni deseado y es algo que nos ha causado dolor, no poder gobernar aún habiendo ganado las elecciones. Pero no estamos más flojos, ni más debilitados, ni más desunidos; todo lo contrario”. Lo pueden ver en la entrevista que hoy publicamos en portada y donde defiende que el paréntesis en la historia de CLM será el pacto de PSOE y Podemos.

Es cierto, como dice Paco Cañizares en la entrevista, que ya nada volverá a ser igual en CLM, al menos políticamente hablando. El PP se ha demostrado a sí mismo que puede ganar y el PSOE sabe que es vulnerable y puede perder. Esas sensaciones les eran desconocidas a ambos hasta 2011 y, dada la alta inestabilidad de la política actual, cualquiera de las dos puede producirse dentro de cuatro años.

Desde la oposición, el PP tendrá difícil regresar si no renueva cuadros, actitudes y mensajes. Cospedal dejará en breve de ser secretaria general del PP y perderá influencia, incluso aunque, como todos piensan y esperan en CLM, Mariano Rajoy vuelva a gobernar y la nombre ministra. ¿Y si como ministra tiene que votar decisiones del Ejecutivo que perjudiquen a Castilla-La Mancha? ¿Hay en el PP de Castilla-La Mancha un plan B para mantener la notoriedad de su líder y la unidad en torno a ella si Rajoy no gobierna o no nombra ministra a Cospedal? Me temo que no.

Para mantener la paz interna en Castilla-La Mancha, Cospedal necesitará ocupar puestos de notoriedad en la política nacional. Pero al PP no le bastará solo con eso si quieren volver pronto al poder y no ser un paréntesis en la incipiente historia autonómica.

Y es que Cospedal es todavía el elemento que más cohesiona al PP en CLM, pero también es el que más une a la oposición en su contra y el mejor pegamento del pacto PSOE-Podemos que impidió al Partido Popular seguir gobernando en la Junta.

Podemos se lo dejó claro el otro día en las Cortes en la intervención de su portavoz, David Llorente: «No pretenderán que les dejemos gobernar». Y mucho tendrían que cambiar las cosas en España para que el acuerdo, que vivirá episodios de distanciamiento y tensión en cuatro años, se disuelva y permita un gobierno del PP. Cuentan que en la primera reunión entre el PSOE y Podemos, los de Pablo Iglesias dijeron claramente a los socialistas: no vamos a consentir que siga Cospedal, tenéis nuestro voto desde ya para echar a Cospedal, pero si no queréis que el resto de la legislatura sea un infierno, mejor que lleguemos a acuerdos. Y en eso están.

En los cuatro años anteriores que el PP fuera o no un paréntesis en la historia de CLM dependía sobre todo del PP. Pero ahora depende más de Page, de que sepa sumar y gobernar, porque casi siempre las elecciones las pierde el que gobierna más que ganarlas el que está en la oposición.

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