No hay por dónde coger la becerrada de Valmojado, el pueblo de Toledo y de Castilla-La Mancha que ha sido noticia nacional e internacional precisamente por eso, se pongan como se pongan las autoridades cuando les han sacado los colores, les gusten o no los toros (que ésa es otra historia) y más después de ver el video completo que nos mostró el Partido Animalista (Pacma) que fue quien lo denunció, con toda la razón del mundo, porque es su obligación.
Esa becerrada fue una barbaridad en toda regla, desde el primer segundo del video hasta el último. Y no hay nada que objetar. Si el ayuntamiento dice que el Pacma manipuló el video, tiene que demostrar cuál es la manipulación a la que hace referencia. Porque no se aprecia manipulación alguna. Y porque de lo contrario la reacción de quien lo vea solo va a ser una: indignación absoluta porque las imágenes demuestran una crueldad que ni es fiesta, ni diversión ni nada que se le parezca.
El video es duro, como lo fue la becerrada de marras, y en las gradas había menores de edad. Todavía más grave. Realmente espeluznante. No creo que haya nadie que lo haya visto al que no se le hayan quedado los ojos como platos después de ver el simulacro de corrida de toros que realizaron con el único fin de divertirse. Ver la espada de matar como entra por arriba y le sale por debajo al pobre animal… ¡Joder! No hay palabras que lo definan. Y me da igual que se haya hecho en otras épocas, con Pepito, con Fulanito o con Menganito de alcalde. Si así fuera, tanta barbarie fue entonces como ahora. Con cuentos a otro.
Pero lo peor es seguir en el empeño y argumentar que no hubo nada malo y que el video se manipuló. Por favor, eso no puede estar permitido. Dudo mucho que a quienes sean amantes de los toros les resulte agradable contemplar tal espectáculo. Esa becerrada, y todas las que sean similares y se celebren a lo ancho y alto de España, se salta todos los límites.
Cuando una imagen vale más que mil palabras…
@CesardelRioPolo
cesardelrio@encastillalamancha.es