César del Río
186 diputados y 11 millones de votos después, que fue el espectacular resultado electoral que hizo casi único a Mariano Rajoy, el asunto se ha puesto feo. Porque desde que El Mundo publicó que se habían pagado sobresueldos en el PP casi toda España, pero sobre todo los más altos dirigentes del partido, trataban de consolarse cada noche con la almohada viendo cómo un día sí y otro también la lista no aparecía.
Y todos nos preguntábamos por qué.
Flor de unos días, porque al final El País (que no el diario de Pedro J., cosa curiosa porque fue el primero que disparó con balas de verdad y siempre se guarda más de una en la recámara por lo que pueda venir después) desató la ira popular.
Y «popular».
Nos hemos tirado varios días (en los bares, centro de reunión de la cultura en España, no se hablaba de otra cosa, como diría aquel) pensando si las anotaciones de Bárcenas son ciertas en su totalidad o no. Bueno, algunos implicados ya han dado su «visto bueno» y han «tirado un poquito más de la manta». Pero otros, los más, lo han negado de manera tajante. Entre ellos, Cospedal.
Como es obvio, serán los tribunales quienes decidan sí o no tras las querellas presentadas (de momento, la de Aznar) o anunciadas. O, lo que es lo mismo, esto se va a reducir al final a si hay o no recibís, comprobantes de pago, vamos, que es lo único que puede garantizar judicialmente que los sobresueldos se pagaron y a quién.
O si hay testigos de cómo, cuándo, cuánto y por qué se realizaron, a quiénes se le dieron y tal y tal.
Blanco sobre negro, nunca mejor dicho. O al revés, para ser más exactos.
Cuestión aparte es la sensación que esto deja. Que no es buena. Ni para los políticos en general ni para el PP en particular. Porque llueve sobre mojado. No olvidemos que quienes nos mandan y quienes tratan de mandar se convirtieron hace ya mucho tiempo en el tercer problema para los españoles. Y eso es un problema muy grave. La batalla de la credibilidad la tienen perdida hagan lo que hagan y digan lo que digan. A día de hoy.
Porque si el PP baja en picado en las encuestas, 186 diputados y 11 millones de votos después, el PSOE ni asoma la cabeza del agujero(n) en el que cayó después de un par de gobiernos de ZP.
Mientras, a todo esto, que se presume como muy grave, hay que sumarle la batalla por la independencia catalana, los casi seis millones de parados y el culebrón en el que Urdangarían ha metido a la credibilidad de la Casa Real.
Real como la vida misma.
No es extraño que la gente esté hasta ahí.
@CesardelRioPolo
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