Faltan siete meses para las elecciones autonómicas y la irrupción de Podemos en el panorama televisivo primero y europeo después no es ninguna broma, puesto que traducido al castellano son muchos votos acumulados por el gran descontento que hay con el bipartidismo que ha defraudado a miles de españoles y puede cambiar en gran medida las previsiones que se hacen los llamados «grandes», que andan en un desconcierto otoñal impropio porque jamás habían vivido una situación como ésta. Y lo que «mata» es la incertidumbre, como bien saben.
Los «hijos» de Pablo Iglesias, el joven, entraron con el discurso de la casta que se lo lleva todo y aplasta al pueblo justo en un momento en el que la crisis ha calado de tal forma que ya nadie se fía de nadie. Y si todo sigue su curso en el panorama nacional y continuamos con un escándalo cada, aproximadamente, dos meses, el vuelco electoral que PP y PSOE presuponen pero del que no quieren hablar más allá de las bambalinas les «sorprenderá» de tal forma que o reaccionan ahora de verdad o la riada les pillará sin haber puesto las barbas a remojar. Sobre todo a los primeros, que son los que gobiernan y se creen más protegidos; menos a los segundos, que hicieron el requiebro tras las europeas y parecen haber entendido el mensaje, otra cosa es que tengan tiempo suficiente para demostrarlo. Porque al paso que van las corruptelas…
De los llamados pequeños, los IU, UPyD y compañía… Ufffff… O se unen a sus respectivos camaradas en un intento de hacer pinza y cambian caras y estrategias en un intento desesperado o la ola les impedirá llegar a la orilla. Como dice encuesta tras encuesta.
Dato importante es que los escándalos que todos tenemos en la cabeza no se cierren en falso. Hay que cortar y no marear la perdiz, que eso cabrea todavía más a los ciudadanos. Pero hay que hacerlo, no solo decirlo para calmar conciencias y acto seguido olvidarse por los siglos de los siglos.
La manida frase de que la gente no es tonta adquiere su mayor dimensión en época de vacas flacas, cuando unos tienen de todo y otros siguen haciendo malabares para ver cómo estiran la cesta de la compra para llegar a fin de mes. Porque la diferencia con otras elecciones en que en las próximas, recuerdo que la cita con las autonómicas y las municipales son el 24 de mayo de 2015, a la vuelta del invierno, los españoles irán a votar con una palabra en la cabeza: corruptelas.
Y eso cansa mucho, aunque los políticos sigan sin querer darse cuenta.
cesardelrio@encastillalamancha.es