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viernes, 22 de noviembre de 2024
Ante la situación en Cataluña - 25 septiembre 2017 - Toledo
Mar G. Illán Mar G. Illán

Qué fácil era todo cuando la agenda política era previsible. Era sencillo tomar decisiones. Apoyarlas o protestarlas. Demandarlas y calcular el margen de posibilidades.

Qué grandes artículos se podían escribir cuando todo era predecible, asumible, imaginable y acertar solo era cuestión de observar con un poco más de atención que la media.


Hoy ni siquiera sabemos qué va a pasar el 2 de octubre. Las noticias que llegan de Cataluña nos inquietan a todos. Es normal, pero la alerta no implica, como demuestra la Historia, que no se pueda salir de cualquier mala situación, aunque para ello haya que cambiar cosas muy importantes.

Salvando las distancias, pero pensando en la situación catalana, he recordado lo que el Gobierno británico ideó en 1939, una campaña para mantener el ánimo y el sosiego si, como todo parecía indicar, los alemanes acababan invadiendo Gran Bretaña durante la Segunda Guerra Mundial.

Se les ocurrió imprimir carteles con el la leyenda «keep calm and carry on» (mantengan la calma y sigan adelante) con la intención de distribuirlos por toda la isla. La campaña nunca llegó a utilizarse. Los carteles se quedaron almacenados. Pero fueron descubiertos a principios de este siglo y la fuerza de su historia y de su mensaje han acabado disparando los usos y productos de una frase pensada para salvar a los ingleses del pánico si pasaba lo peor que podía pasar.

Controlar y afrontar la situación es tarea del Gobierno y de los instrumentos del Estado. Como lo es mantenerse al lado al resto de las instituciones del Estado. No es el momento ahora para echarse en cara de quién es cada culpa, cada error, cada provocación o cada…

Para los demás, creo que lo mejor que podemos hacer es mantener la calma y seguir adelante.  Desconocemos si algo de lo que hoy nos parece vital e inaplazable tendrá sentido dentro de tan solo unos días. Por ejemplo, si el 2 de octubre un presidente de la Generalitat se subirá al balcón para proclamar la independencia rememorando 1934.

Y aún así, es necesario seguir adelante y que cada uno haga lo que tenga que hacer, por más que en una parte, sin la que España no se entiende, campe la sinrazón y todo parezca a punto de lo peor.

Pese a todo, la vida sigue dentro y fuera de Cataluña porque cada día la gente se levanta y hace la tarea encomendada. Mantenernos serenos y cada uno en su sitio hará que la normalidad se acabe imponiendo. Porque ningún grupo puede intimidar asaltando la ley, ni aún teniendo razón, que no creo que sea el caso.

Keep calm, España. Aún cuando miremos de reojo a Cataluña a cada minuto, no se olviden de hacer lo que tienen que hacer. Solo así los que han dejado de hacerlo tendrán que deponer la sinrazón para volver al diálogo, la única vía que podrá devolver la paz, aunque parezca que nada volverá a ser como antes.

Keep calm, España, and carry on.

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