A continuación ENCLM reproduce una carta al director de Álvaro García Calvo, el padre de un escalador que fue rescatado tras un grave accidente en la sierra de Gredos (Ávila), quien cuenta que, gracias a la primera decisión de los servicios de emergencia de ser llevado al hospital de Talavera y después ser atendido en el Hospital Universitario de Toledo, le salvaron literalmente la vida.
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La carta es una sucesión de múltiples gracias a todas las personas que componen los servicios públicos de emergencia que diariamente y sin descanso, pues eso, salvan vidas. Como la de un agradecidísimo Álvaro García Calvo.
«Muchos son los motivos para sentirse patriota últimamente; vivimos en un país multicultural lleno de éxitos deportivos individuales y colectivos que nos enorgullecen. Sin embargo, me siento más patriota por vivir en una sociedad con unos servicios públicos que te salvan la vida.
«Sufrí un grave accidente»
El pasado 6 de julio sufrí un grave accidente escalando en los Galayos de Gredos (Ávila), en la conocida como la fisura de los malditos. Hoy, recuperándome ya en casa, me gustaría decir en voz alta: gracias al servicio del 112 y sus conexiones entre comunidades, gracias a la Guardia Civil, en especial al Greim de Castilla y León, al grupo de Arenas de San Pedro por rescatarnos de donde solo ellos podían, gracias a su pericia y a los medios de los que disponen, ya que lograron minimizar el tiempo de rescate, que ya era una cuenta atrás con final irreparable.
Gracias a las ambulancias y a los profesionales que trabajan en ellas, porque por su valentía y vocación tomaron una decisión (llevarme a Talavera), lo que les pudo suponer que ‘les pusieran la cara colorada’ al no disponer de un diagnóstico claro, y porque esa decisión me salvó la vida.
«Gracias al hospital de Talavera y el pedazo de hospital de Toledo»
Gracias al hospital de Talavera y en especial a la UCI, que supieron llevar con ánimo, cuidados y canciones un cuerpo lleno de huesos rotos. Gracias al pedazo de hospital de Toledo, primero a su UCI, que te abraza como una abuela y tu mejor amigo a la vez, y al tremendo equipo de trauma que me ha curado y operado; y gracias a la URPA (profesionales de cirugía maxilofacial), cuarta planta, que está llena de ángeles.
Y ahora al equipo de rehabilitación. No habrá suficientes palabras de agradecimiento por todo lo que habéis hecho por mí y por lo que hacéis continuamente para todos.
Hay que ser patriotas, empezando por los servicios públicos que salvan vidas. Ahí es todo oro».