domingo, 22 de septiembre de 2024
09/10/2014junio 8th, 2017
César del Río César del Río

Una detrás de otra. Que no desapareciera Bankia nos costó a todos los españoles más de 20 millones de euros. Casi ná. Tres años después nos enteramos de una de las mamarrachadas más grandes que hemos conocido en este país de charanga y pandereta y de trampas una detrás de otra. Las famosas tarjetas gratis total que sin ningún rubor alguno utilizaron a diestro y siniestro unos cuantos privilegiados a los que a estas alturas ni se les ha caído la cara de vergüenza ni se les va a caer porque seguro que nunca la han tenido. Eso sí, como también suele suceder, hasta se le dio carácter legal al despilfarro para unos y, por qué no, la ruina para muchos.

Chapó para los honrados, pocos pero los hubo, que también tenían a su disposición una de esas tarjetas que te daba derecho al paraíso pero que no la utilizaron jamás.


Ahora me acuerdo de los preferentistas de Bankia a los que engañaron porque lo único que les pedían era su buena fe, como ocurrió con muchos jubilados que confiaban en su banquero de toda la vida pero que jamás imaginaron que no solo se estaban jugando sus ahorros sino también su jubilación ganada en muchos casos a base de trabajar, ahorrar y no tirar de su propia tarjeta aunque lo tuvieran más que merecido.

Ya estaban otros para hacerlo por ellos. Qué cara más grande y qué desilusión un día sí y otro también.

Desde el momento en el que se conoció por los medios de comunicación y gracias a la denuncia que en su día hiciera UPyD, fueron cayendo uno detrás de otro así hasta seis de los implicados en este derroche de dinero, con cantidades espeluznantes que la mayoría de nosotros no vamos a ganar por mucho que trabajemos y sigamos trabajando día y noche y de por vida.

Pero la gente, en este siglo XXI que ha marcado también un antes y un después en la forma de entender la política y de aceptarla por los ciudadanos, hartos de que les sisen por delante, por detrás, por arriba y por abajo cuando a ellos se les fríe a impuestos por el bien común, ya toma nota y las guarda, como pasó en las útlimas elecciones europeas, que significaron un aviso muy serio para los dos grandes partidos, ahora solo falta que lo hayan entendido y luego no se quejen de que el bipartidismo, tan necesario como proclaman a los cuatro vientos, está a punto de estallar si no lo ha hecho ya.

O cambian o los cambiamos, porque la crisis, entre otras cosas, lo que ha traído es que la gente ya no se calle. Y ojo, que seguro que este escándalo no será el último.

Qué país…

@CesardelRioPolo

cesardelrio@encastillalamancha.es

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