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14/11/2011junio 14th, 2017
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El aprecio personal y político de Mariano Rajoy por su secretaria general, María Dolores de Cospedal, se ha hecho más evidente que nunca en esta campaña. Poco dado a las confesiones sentimentales, la afectuosa dedicatoria que el presidente del PP realizó a Cospedal en el mitin de Leganés, el segundo día de campaña y delante de la mayoría de las estrellas del firmamento «popular» (desde Alberto Ruiz Gallardón a Esperanza Aguirre pasando por Soraya Sáenz de Santamaría), no era un gesto más.

Al día siguiente, Cospedal se subía a la caravana electoral de Rajoy para «conducirla» durante dos días mientras el candidato preparaba su cara a cara con Alfredo Pérez Rubalcaba.


Las palabras de Leganés y la decisión de dejar a Cospedal al frente de la caravana del líder han sido las señales definitivas para dar por buenas las fundadas esperanzas de los «populares» de Castilla-La Mancha si el 20 de noviembre gana Rajoy las elecciones generales y preside el próximo Gobierno de España.

Se sabe que Rajoy escucha y hace bastante caso a Cospedal, muy especialmente en los últimos tiempos, cuando se han demostrado fundadas y acertadas algunas de las decisiones internamente más discutidas de la secretaria general, entre ellas su firmeza ante Francisco Camps o Francisco Álvarez Cascos, por poner un par de ejemplos.

Que Cospedal estará detrás o delante de una buena parte de los futuros altos cargos de la probable Administración Rajoy se da por descontado. Pero lo más importante para el PP y el Gobierno de Castilla-La Mancha es que entienden que la presidenta está en condiciones de conseguir que el nuevo Ejecutivo del Estado la eche un buen cable ante la crítica situación económico financiera de esta comunidad autónoma.

HACER VALER LA EXCEPCIÓN ANTE RAJOY

Se sabe que una de las primeras medidas de Rajoy si gana será la aprobación de una ley de equilibrio presupuestario que limite el gasto públlico en todas las administraciones públicas.

Aún así, los «populares» castellano-manchegos creen que Cospedal será capaz de encontrar la comprensión de Rajoy para que la quite las esposas que la tienen atada de pies y manos a la hora de reequilibrar las cuentas de la región, las peores de todas las comunidades autónomas españolas.

La situación excepcionalmente grave de Castilla-La Mancha es de todos conocida. Es la ventaja de haber dicho la verdad desde el principio mientras otros callaban y de haber aprobado antes de septiembre un plan de ajuste que ha sacado a los sindicatos a la calle, pero que sitúa a esta región por delante de las demás a la hora de haber demostrado su voluntad de mejorar al futuro Gobierno del Estado.

Y, además, habrá que negociar una nueva financiación de los servicios públicos.

EL AGOTAMIENTO DEL TRASVASE

En la entrevista que publicamos en este mismo periódico digital, el candidato socialista Alejandro Alonso afirma que gane quien gane el 20-N el trasvase Tajo-Segura está herido de muerte y eso se comprobará en la próxima legislatura. Algo así pensan en el PP. Cospedal se ha tragado varios sapos en relación con el agua dentro de su partido, pero también ha conseguido que si llegan al Gobierno la cuestión se replantee de una manera definitiva.

El PP está comprometido con un nuevo Plan Hidrológico Nacional y en él, piensan en el PP de Castilla-La Mancha, Rajoy ya tiene claro que no se pueden mantener las cosas como están con respecto al Tajo.

En Murcia y Valencia lo saben y aunque siguen haciendo declaraciones sonoras con este tema, saben que los trasvases se irán reduciendo cada vez más con las nuevas normativas que se tienen que aprobar y por el incremento de consumo de Castilla-La Mancha.

¿QUIÉN INVIERTE?

Con unas arcas públicas arruinadas y un plan de ajuste que ha suspendido nuevas inversiones y paralizado algunas de las que estaban en curso, Cospedal tendrá que demostrar la importancia de su nombre también en el campo de la captación de inversiones del Estado.

Aquí consideran irrenunciable el AVE a Talavera, que puede ser el último tren que le queda a la segunda ciudad más poblada de la región para no caer en una decadencia económica y social imparable. Pero piensan que cuando las cuentas públicas den para ello, Cospedal tendrá un asiento preferente en el reparto.

La ventaja estratégica de Cospedal ante un futuro Gobierno Rajoy es evidente. Pero, probablemente ella lo sabe, sus compañeros de partido no se lo van a poner fácil.

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