La economía, con lupa
Lo público no es gratis, tiene su origen en la cuenta de resultados de una actividad empresarial de cualquier sector económico. De esa fuente salen los impuestos que financian la educación, la sanidad pública… Si los impuestos no son suficientes, se acude a la emisión de deuda pública. Deuda que tiene que ser comprada por ahorradores o inversores (con sus excedentes o beneficios de sus ahorros o actividad).
¿Cuáles son los asuntos esenciales de la economía en España? ¿Dónde ponemos la lupa?
1. El déficit, que si es permanente nos lleva a más endeudamiento (excesivo en nuestro país).
2. La reforma de las pensiones públicas.
3. La dependencia energética.
4. El empleo de los jóvenes.
5. La baja natalidad, con sus efectos negativos a largo plazo.
6. La desigualdad económica entre territorios
No es tiempo de «profetas del gasto», es la hora de servidores de lo público humildes y capaces. Gestores que pongan el foco en potenciar y crear el caldo de cultivo para la actividad empresarial; motor de la fuente que redistribuye la riqueza creada, entre toda la población. Si no se generan ingresos no puedes «ofrecer» o vanagloriarte de que tienes servicios públicos del máximo nivel. «Profetas del gasto» que ignoran, o no, que el ser humano hace un esfuerzo titánico en muchas ocasiones para que la secuencia: 1 ingresos actividad empresarial-2 beneficio de la actividad-3 impuestos funcione; parecen pensar que los dioses (aunque no crean) nos pagan o financian todos los gastos.
Los cimientos sólidos, mejor a temprana edad
Si hablamos de economía, hay tres cuestiones que pueden ayudar a las personas desde muy jóvenes a comprender la realidad:
1. La economía trata de personas que se organizan en sociedad para mejorar su calidad de vida. Cada una con características individuales. No existe la economía de la «gente» o del «pueblo». No va con la esencia de lo humano, una amalgama de cuerpo y espíritu tan compleja como diversa.
2. La perspectiva histórica nos sitúa y nos ayuda a entender tanto nuestras grandezas como nuestras limitaciones. Podemos fijarnos en nuestros orígenes y evolución económica a lo largo de la historia: desde los primeros cazadores-recolectores a los agricultores y ganaderos, siguiendo con el comercio y la industria. La historia humana es un compendio de la lucha por la superación de dificultades y de la innovación por mejorar época a época.
3. Si guardas tu excedente en momentos de bonanza económica (siempre que tus ingresos superen tus gastos básicos), ese «colchón» te vendrá muy bien en situaciones de crisis. Lo anterior vale para personas, empresas y administración pública.
La varita mágica
Los economistas no tenemos una varita mágica para decir qué va a ocurrir en el futuro. Aún así, considero que tenemos que intentar adelantarnos o prever los acontecimientos. Ante situaciones excepcionales como las que nos está tocando vivir, surgen algunos interrogantes:
1. ¿La Unión Europea, la Unión Económica y Monetaria, el euro? No tengo dudas de que nos interesa estar en un área con una moneda sólida; en una zona con actividad económica potente y seguridad jurídica. No me gustaría vivir en un país donde algún dirigente tuviese la tentación de devaluar la moneda como solución populista de emergencia.
2. ¿Qué va a cambiar después de esta crisis, por ejemplo en todo lo relacionado con los trabajos? La implantación del teletrabajo en los sectores que sea factible será una realidad. Actividades como la enseñanza y la banca, con la ayuda de la digitalización, tienen mucho recorrido.
3. ¿Qué sucederá con los tipos de interés? ¿Seguirán tan bajos o cercanos a cero? En mi opinión, con la administración pública viviendo sobre una montaña inmensa de deuda, que aumentará también con la situación actual, los tipos de interés seguirán bajos. En caso contrario la carga de intereses para la deuda pública o privada puede ser insostenible.
Si quieres consultar más artículos del autor, entra en su blog: vicentedelrio.com