César del Río
Sí, sí… Si yo fuera funcionario desde luego que esta semana no iba a ser tampoco de las más agradables de mi vida. Sobre todo si fuera un funcionario que cumple escrupulosamente con su horario, con su trabajo y con su hacienda, hacienda que es la de todos y por la que debe, por eso mismo, estar más ojo avizor.
El que no cumple con nada de eso, que parásitos hay unos cuantos en la escena pública, pues allá ellos con su vida «de funcionario». Que no de funcionario.
Lo digo porque si se cumplen las previsiones establecidas, esta misma semana conocerán que en 2013 también van a sufrir la restricción de una paga, no sé si la de Navidad, si por tramos o directamente escalera abajo, pero una paga menos al fin y al cabo, que es de lo que se trata.
Esta misma semana conoceremos el proyecto de Presupuestos que el Gobierno de Castilla-La Mancha ha de enviar a las Cortes regionales para su debate y aprobación, previas enmiendas que presentará el PSOE porque eso es la batalla política y no la de declaraciones para ver quién dice la barbaridad más bárbara. Que es a lo que nos tienen acostumbrados unos y otros.
Presupuestos restrictivos, una vez más. Lo ha anunciado el consejero de Hacienda, Arturo Romaní, por lo que debemos prepararnos para continuar con la travesía.
Si no hay ingresos sobran gastos. Y en 2013 no habrá plan de pago a proveedores, porque los guateques de la pasada legislatura ya se han abonado (incluidos los saraos de todo tipo a la inmensa mayoría de los medios de comunicación, que tiene bemoles la cosa, porque el peloteo diario se lo cobraron unos y lo han pagado otros como si todo hubiera sido normal, que no lo fue; aunque por el camino que llevamos…) y se prevé un invierno duro, señores, con lluvia, granizo y metidos de lleno en el barro.
RESCATE, «LIQUIDACIÓN» PARA LOS MÁS CURSIS
Hasta el mismo presidente de los empresarios de la comunidad autónoma, Ángel Nicolás, que sabe de apuros y muchos, ha anunciado, y no precisamente de forma tímida porque eso no va con él, que no estaría pero que nada mal que Castilla-La Mancha acudiera al Fondo de Liquidación Autonómica (FLA) para que nos dieran unos milloncejos y así poder calentarnos aunque fuera volviendo a sacar los braseros de nuestra infancia.
Lo de «liquidación» suena un poco mal, pero los más cursis prefieren esa palabra a otra tan maravillosa como es «rescate». Liquidación es lo que veo yo cada vez que voy a mi lugar de origen, Talavera, y se me ocurre mirar algún que otro escaparate. Entiéndanme, no me gusta ir mirando al suelo de continuo por si se me pone cara de acera.
Tristeza otoñal, señoras y señores, que la realidad obliga.
Y digo yo, porque si al final vienen a rescatarnos… ¿No hubiera sido más sencillo negociar un punto por encima ese 1.5 de déficit que estamos obligados a cumplir todas las comunidades autónomas a final de año aunque la nuestra fuera pionera también en acumular deudas y más deudas y fuéramos los campeones entre los campeones?
¿No es lo mismo? Yo diría que sí.