Con la frase «la mayoría absoluta no se me va a subir a la cabeza, necesito a todo el mundo», Emiliano García-Page daba por inaugurada la legislatura el Día de CastillaLa Mancha. Era el 31 de mayo, primer acto oficial e institucional tras las elecciones autonómicas y municipales del 26 y allí estaban todos los que podían tener interés en oír su mensaje, incluidos los medios de comunicación de la región.
Dentro de unas semanas tomará posesión como presidente para abordar su segundo mandato, el último al frente del Gobierno de Castilla-La Mancha y, a priori -toquen madera- el más tranquilo, ya que lo consumirá instalado en una cómoda mayoría absoluta en los tiempos en los que esta parece una rareza del pasado.
La Ley del Gobierno limita a dos los mandatos del presidente de la Junta. Así que será la legislatura de salida de Page y es fácil imaginar que querrá irse dejando buen sabor de boca y eso, desde luego, implica no abusar de la mayoría absoluta. Ni él. Ni, por supuesto, los y las que le rodeen en estos próximos cuatro años.
La sucesión de Page, lo único agitado en la mayoría absoluta del PSOE
La verdad es que ni siquiera necesita abusar de su mayoría absoluta. Los resultados a la derecha y a la izquierda pronostican tiempos convulsos, tanto en el PP como en Podemos e Izquierda Unida. También habrá cambios en Ciudadanos, pero menos traumáticos seguramente, ya que hay cara y cruz en cuanto a los resultados el 26-M.
Así que fuera de la mayoría absoluta de Page y su tranquilidad aritmética para gobernar, la legislatura volverá ser movida.
Para empezar, el PSOE tendrá que elegir al sucesor/a de Emiliano García-Page; es decir a su candidato/a para las próximas autonómicas, las de 2023 y puede ser una gran batalla.
«ERE» de trabajadores y cargos públicos en el PP
Como decía, en el PP los resultados han sido malos en todos lados, por lo que nadie puede decir que está legitimado por las urnas para sustituir al presidente actual del partido, Paco Núñez. Pero haber sacado miles y miles de votos menos que sus candidatos municipales no augura paz.
La pérdida de poder, en España y en Castilla-La Mancha, así como en las diputaciones provinciales, va a obligar a un auténtico «ERE» de trabajadores y cargos públicos que será, seguro, una fuente de conflicto en el partido y en los grupos institucionales.
Podemos e IU, todo incógnitas
Qué decir de Podemos. Sin cúpula regional y sin prisa por tenerla, según las recientes declaraciones de su exnúmero tres, Pablo Echenique. Fuera del Gobierno de Castilla-La Mancha, de las Cortes, de las diputaciones e irrelevantes en los principales ayuntamientos, les espera una travesía de resultado incalculable.
Otro tanto en el lado de Izquierda Unida, aunque esta formación está más acostumbrada a sobrevivir en las peores circunstancias. Veremos si tras haber sido fagocitada por Podemos recupera o no su pulso, aunque sea débil.
La baraja de Ciudadanos
Ciudadanos ha conseguido un gran resultado en las autonómicas, pero será irrelevante en las Cortes. Peores han sido los datos frente a las expectativas en las municipales, pero será el partido decisivo en tres ayuntamientos de capitales. Así que habrá que ver cómo baraja sus cartas y hacia dónde les conduce el juego.
Vox, desdibujada en el mapa
Vox se fue desdibujando poco a poco en el mapa político regional hasta llegar a ser una fuerza extraparlamentaria en Castilla-La Mancha. Si los pactos le dan protagonismo se limitará a esas capitales, así que su devenir seguirá ligado a la estela que marque la evolución de Santiago Abascal y Vox en España.