Día tras día nos levantamos con la noticia de un nuevo brote. Parece que nos está costando asumir que la nueva normalidad no es hacer lo mismo que hacíamos antes, si no hacerlo de otra manera distinta. Estoy plenamente convencido de que podemos seguir haciendo las cosas que nos gustan, de seguir con nuestra vida y a la vez protegernos .
Esa es la mejor forma de seguir adelante. Protegerte a ti mismo como medio para proteger a la gente que tienes a tu alrededor. Es importante dejar a un lado el individualismo característico de nuestra sociedad para pensar en lo comunitairo, para que la comunidad sea lo fundamental.
Cultura con seguridad y protección en La Roda
Cuando usamos la mascarilla, mantenemos la distancia social o nos lavamos las manos no solo estamos protegiéndonos, si no que hacemos que a las personas con las que vamos a coincidir después, que muchas veces será nuestra propia familia, estén más protegidos.
En La Roda hemos decidido, después de hablar con muchas personas y entidades, hacer un programa cultural de verano, en el que principalmente debe primar la seguridad.
No podemos pensar en cualquier evento, como una función de teatro, un concierto, o un monólogo, solo para disfrutar sin más, si no que tenemos que respetar esas medidas que tantas veces hemos oído que son necesarias para que podamos divertirnos de una forma segura.
¿Qué debemos hacer? Elijo seguir viviendo
En los últimos días me llegan muchas voces de gente que está a favor o en contra de esta medida, pero hace mucho más ruido la gente que está en contra.
¿Qué deberíamos hacer? ¿Seguir parados? ¿Encerrarnos en casa? ¿Parar todas las actividades? Yo, desde luego, elijo seguir viviendo, porque cada día que pasa es un día que no podemos volver a vivir.
No podemos vivir como a mí y a vosotros nos gustaría hacerlo, con cercanía, con abrazos, notando y sintiendo a la gente cerca, pero sí podemos hacer lo mismo manteniendo esas tres medidas que deben convertirse en nuestro libro de cabecera.
Me dirijo a ti, que te sientes joven y fuerte
Porque los días seguirán pasando y debemos tener claro que mientras no haya una vacuna eficaz el virus seguirá entre nosotros.
Nos enfrentamos a un virus al que precisamente lo que le gusta es la cercanía, el abrazo y nuestra única forma de romper esa cadena de transmisión es dificultar que el virus encuentre la manera de llegar a otro cuerpo.
Veo cada día en los medios de comunicación comportamientos que no me gustan, fiestas privadas y públicas, concentraciones de gente sin ninguna medida de prevención, celebraciones de victorias de equipos… Y, me pregunto, ¿no podemos esperar a celebrar esas victorias a que paremos al virus o festejarlo de manera individual en cada casa? ¿Acaso tiene menos valor esa celebración en tu casa que en grupo, cuando sin darte cuenta alguien puede llevar el virus, no a ti que te sientes joven y fuerte, sino a personas más débiles de tu entorno?
Y podemos pensar que estamos locos, que después de lo vivido, de estar encerrados tres meses, de miles de muertes, de millones de infectados por todo el mundo, ¿no hemos tenido bastante?
Yo quiero seguir disfrutando de la vida, pero para eso no puedo poner en riesgo la de los que más quiero.
¿Acaso puede ser tu vida feliz si ingresan a un familiar tuyo por esta dichosa enfermedad? ¿Merece la pena salir de fiesta incumpliendo las medidas y poner en riesgo al día siguiente a tu padre, a tu madre o a tus abuelos?
Yo, desde luego, quiero salir, pero sería incapaz de meterme en un sitio donde no se garantizan esas medidas, porque lo importante no es ese momento, sino las consecuencias que tendrá ese momento.
El fenomenal concierto de Marwan
Por eso, en las actividades culturales de La Roda se respetan escrupulosamente las normas.
El viernes pasado pudimos disfrutar de un fenomenal concierto de Marwan, en el que te acompañaban a tu sitio en función de la unidad familiar o el grupo con el que accedías, había gel hidroalcohólico, suficiente distancia entre cada grupo de sillas, una persona que limpiaba los aseos cada vez que se utilizaban.
Sentados pudimos disfrutar de sus canciones, de su música, de su poesía y reírnos y llorar con algunas de sus letras.
Y nadie salió de allí pensando que habíamos puesto en peligro a ninguna otra persona. Y eso es lo segundo más importante. Disfrutar sí , pero con seguridad siempre.
Contagios en núcleos familiares
Las estadísticas muestran que casi el 50 por 100 de los nuevos contagios vienen de los núcleos familiares, precisamente porque ahí relajamos las medidas de seguridad, pensamos que nuestros hermanos o cuñados no pueden tener el virus, pero precisamente en ese núcleo de personas a las que queremos es donde más deberíamos protegernos.
Nadie puede saber si en La Roda habrá algún nuevo brote o no, pero nunca adivinaríamos dónde comenzará, porque el peligro está en todos sitios, en la mesa de una terraza, en un encuentro familiar o en ese amigo que llevas mucho tiempo sin ver
Sandra y Fran, los abrazos que necesitaba y no he podido dar
Os cuento dos anécdotas de estos días.
El viernes tuvimos la visita para disfrutar del concierto de Sandra Sánchez y Jesús del Moral, me apetecía mucho dar un abrazo a Sandra, pero me resistí, a pesar de que me apetecía e incluso lo necesitaba. Pero ella no pudo resistir y me lo dio por la espalda.
Ayer mi amigo Fran llegó desde Canarias a pasar 10 días de vacaciones con su familia de La Roda, vino a verme al Ayuntamiento y nos apetecía a los dos fundirnos en un abrazo después de muchos meses sin vernos y de todas las experiencias pasadas. No hemos podido y, como muestra la foto, incluso nos hemos separado para hacerla.
Eso no significa que no hayamos podido disfrutar de una buena charla, del cariño de dos amigos que se quieren, pero siempre garantizando que podemos seguir abrazándonos en el futuro.
¡Qué pena, pagar todos por los irresponsables!
Anoche comenzó el uso obligatorio de mascarilla. Es una pena que por culpa de la gente irresponsable todos tengamos que pagar, pero está visto que sin multa no aprendemos.
Ahora vendrán las quejas cuando reciban la multa, pero ya no podremos echar la culpa a nadie, porque los únicos culpables somos cada uno de nosotros.
Protégete, protégeme
Así que, por favor, no lo olvides, la vida sigue. Tú tienes que seguir viviendo, disfrutando y recuperando una economía que ya está suficientemente dañada y como dice el lema para fomentar el uso del preservativo: póntelo, pónselo… Recuerda: protégete, protégeme…
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