Salvo la emoción de los premiados y condecorados, el resto de invitados y protagonistas del acto institucional del Día de Castilla-La Mancha tenían un ojo puesto en el escenario donde se celebraba y otro en el teléfono, que les permitía seguir los acontecimientos de la moción de censura en el Congreso de los Diputados.
Cuando el acto iba a comenzar, un poco antes de la seis de la tarde, en el teatro Palenque de Talavera la mayoría de las conversaciones aún versaban sobre apuestas. Unos convencidos de que Mariano Rajoy dimitiría in extremis para evitar que Pedro Sánchez saliera presidente del Gobierno de España de la moción de censura. Otros, que la suerte estaba echada.
PP: entre la incredulidad, el enfado y el asombro
Apenas un par de horas después todos estaban ya convencidos. Pedro Sánchez sería presidente el viernes. Y así fue. Las palabras de María Dolores de Cospedal no habían dejado lugar a dudas. Pero, incluso antes de que la secretaria general del PP saliera a zanjar rumores sobre una presunta dimisión de Rajoy, las caras de la representación del PP, con Vicente Tirado a la cabeza, no dejaban lugar dudas.
El esfuerzo por saludar a todo el mundo no podía ocultar la tensión y el rictus de máxima preocupación, con tics de derrota. Entre la incredulidad, el enfado y el asombro, los “populares” de Castilla-La Mancha pasaban el trago como podían, mientras sus declaraciones cargaban las tintas contra Pedro Sánchez y Emiliano García-Page con un tono aún más duro del habitual.
Preocupación en el PSOE por la factura que quieran cobrarse los independentistas
Algunos socialistas no ocultaban demasiado que hubieran preferido la dimisión de Rajoy al riesgo de gobernar con el apoyo de Podemos, PNV, Bildu y los independentistas catalanes, todos ellos esperando cobrarse la factura por haber apoyado a un PSOE con tan solo solo 84 escaños. Por más que Joan Tardá explicara que lo que votaban era más un “No” a Rajoy que un “Sí” a Sánchez, la preocupación por el devenir de un Gobierno socialista tan débil era perfectamente perceptible entre los integrantes del PSOE y el Gobierno de Castilla-La Mancha.
Emoción y admiración hacia los condecorados
No ajenos a la situación, pero más metidos en su gran día, las personas y colectivos que recibieron la Medalla de Oro de Castilla-La Mancha, los títulos de Hijo Predilecto o Adoptivo y las placas por sus méritos, emocionaban con sus historias y levantaban admiración.
Mérito, superación, esfuerzo como hoja de ruta para llegar al éxito en su trayectoria, que muchas veces es la de ayudar a los demás, es un denominador común de todos los condecorados. Mi felicitación a todos ellos, de los que les hemos ido hablando en días pasados.
[ze_summary text=»Mérito, superación, esfuerzo como hoja de ruta para llegar al éxito en su trayectoria, que muchas veces es la de ayudar a los demás, es un denominador común»]Mérito, superación, esfuerzo como hoja de ruta para llegar al éxito en su trayectoria, que muchas veces es la de ayudar a los demás, es un denominador común[/ze_summary]
Del Día de Castilla-La Mancha me quedo con dos frases de la campeona Sandra Sánchez y del periodista José Ángel de la Casa, que seguramente les identifican a todos porque en algún momento han pasado por las mismas situaciones que ellos describieron en la tribuna, orgullosos y agradecidos por su Medalla de Oro.
La primera cita que elijo hace referencia al orgullo de llegar a lo más alto desde una región que nunca cuenta en las grandes apuestas: “Nací gritando Castilla-La Mancha, no éramos favoritos, pero llegamos a quedar primeros en el casillero”. Y la segunda tiene que ver con la importancia, en sus vidas y en las de todos, de tener siempre a alguien cerca en los peores momentos: “Gracias a mis padres, los que quieren siempre las fotos contigo, aunque pierdas”. ¡Bravo, Sandra!
Ganadores o perdedores, todos son supervivientes. Como José Ángel de la Casa, quien con un Parkinson avanzado se proclamó “un superviviente, como todos los nacidos en los años 50 (del siglo XX)”.
Para ellos y para todos, el Día de Castilla-La Mancha va a ser inolvidable. A ver qué arroja el balance cuando lleguemos a Albacete el 31 de mayo de 2019.