A pesar del elevado número de personas fallecidas y contaminadas por la enfermedad del coronavirus, que las autoridades sanitarias facilitan a diario, todavía hay quien se salta a la torera las medidas de prevención acordadas. Son esos listillos que después, cuando haya escampado la tormenta de esta pandemia, presumirán de su hazaña y, muy orgullosos de ellos mismos, contarán a los cuatro vientos que lograron desobedecer las órdenes y no les pasó nada. Más que listillos, son individuos descerebrados que solo merecen el desprecio de la sociedad.
Desde que fue decretado el estado de alarma, el pasado 14 de marzo, tanto este digital, encastillalamancha.es, como los demás medios de comunicación han ido publicando noticias de quienes no respetan la orden de permanecer confinados en los domicilios para evitar posibles contagios. En Madrid, por ejemplo, fue detenido un vecino de Guadalajara que llevaba una bolsa con una barra de pan; cuando la policía le preguntó, dijo que se había trasladado hasta la capital de España porque él compra el pan «donde le da la gana» y porque el estado de alarma no va con él. Naturalmente, fue multado.
Éste es solo un ejemplo, pero ha habido muchos listillos que han querido burlar las directrices adoptadas por el Gobierno, siguiendo las indicaciones de las autoridades sanitarias y de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Ha habido otras personas que, como ese vecino de Guadalajara, han pensado que el estado de alarma no va con ellos. Muchas de ellas han sido detectadas cuando hacían algo que no está permitido y serán sancionadas.
A la casa en la playa para pasar la cuarentena
También ha habido quien ha viajado desde su domicilio en una ciudad hasta la casa o el chalé que tiene en la costa o en algún pueblo, para pasar allí la cuarentena y teletrabajar. Y, como también son unos listillos, han hecho el viaje de noche para intentar burlar a la Guardia Civil de Tráfico, pero más de uno ha sido interceptado y ha tenido que dar la vuelta.
Los responsables de las Fuerzas de Seguridad del Estado lo repiten una y otra vez, en las ruedas de prensa que ofrecen a diario para facilitar los datos sobre la evolución de la pandemia: buscar excusas como las que se han visto, para no respetar las normas, pone en peligro la salud de toda la ciudadanía. Por ese motivo, los agentes han redoblado los esfuerzos y ya han detenido a más de 3.000 personas y han realizado casi 400.000 propuestas de sanción de entre 100 y 3.000 euros.
Esta epidemia mundial es muy grave. A fecha 10 de abril, en España hay 157.022 personas diagnosticadas de coronavirus y han fallecido 15.843. Afortunadamente, ya han sido dadas de alta 55.668 y la curva de la enfermedad empieza a mejorar, lo que permite ser moderadamente optimistas, pero con mucha prudencia.
Con cifras tan graves como esas, no se entiende que haya gente tan descerebrada como para exponerse al contagio y, lo que es aún peor, a poder contagiar a los demás con su osado comportamiento. Quienes han paseado durante varios kilómetros con una bolsa de basura en la mano como si fueran a depositarla en el contenedor, han caminado una hora por la playa con la excusa de sacar al perro, han ido a comprar el pan en bicicleta a 40 kilómetros de su vivienda, ¿a quién pretenden engañar? ¿Se creen más listos que el resto de la humanidad? Pues no lo son, porque muchos han sido localizados por la policía y, tal y como establecen las normas aprobadas, recibirán la correspondiente sanción. Son más tontos, nada solidarios y muy cretinos.
Para vencer al coronavirus, además del gran trabajo que está realizando todo el personal sanitario, se necesita la colaboración de toda la sociedad: Gobierno, partidos políticos, organizaciones empresariales y sindicales y ciudadanía. Y, aunque algunos líderes políticos no animan precisamente a realizar ese esfuerzo colectivo, con comportamientos tan lamentables como el que han vuelto a dar en el último pleno del Congreso que aprobó la prolongación del aislamiento, hay que seguir cumpliendo a rajatabla las normas. Afortunadamente, la mayoría de la población lo está haciendo y no sigue el mal ejemplo ni de quienes intentan saltárselas ni de esos políticos que tratan de aprovechar la pandemia para sacar algún rédito partidista. Vergonzoso.