La publicación de los correos del expresidente de Caja Madrid Miguel Blesa provocan una mezcla de indignación, estupor, vergüenza y asco. ¿Cómo pudo un tipo así ser el qeu movía los hilos en la tercera entidad financiera del país? Caja Madrid no es mi cortijo, le dijo al hijo de José María Aznar, pero todo lo pubicado hasta ahora parece indicar que sí. Un cortijo inmeso de fondos casi ilimitados para hacer favores, dar crédios a los amigos insolventes, todos ellos poderosos claro, presuntamente practicar tráfico de influencias y no sé cuántas barbaridades más que iremos sabiendo próximamente.
Dije el juez Elpidio Silva (La Sexta Noche), el instructor de la causa contra Miguel Blesa hasta que lo apartó el Consejo General del Poder Judicial que lo que se ha visto de los ya famosos correos del expresidente de Caja Madrid es apenas el triller de la película, algunas escenas impactactes de un metraje que tiene casi 9.000 mails por desenmarañar. ¿Soportaremos conocerlos todos? ¿Dónde se nos parará el corazón? ¿Cuándo se nos agotará la paciencia?
Un tipo que bromeaba contado que ve Aída para saber cómo viven los pobres. Se lo podía haber ahorrado, porque la pobreza no da para una comedia, es una tragedia diaria que no produce chistes ni gags. ¿O es que a alguien, por mucho poder o dinero que logre reunir, la hace gracia que muchos ciudadanos no tengan para comer, pierdan su casa y se queden sin trabajo porque algunos como Blesa se pusieron las cajas por montera?
Me temo que hay muchos «blesas» por ahí. Lo llamativo de que uno de ellos fuera el mandamás en Caja Madrid es que era la tercera entidad del país y, por lo tanto, cualquier problema en ella alcanzaba -como así sucedió- un daño de proporciones gigantescas al sistema financiero y a España entera. ¿Cömo puede un tip com Blesa llegar ahí? ¿Cuántos más de ese calibre hemos tenido o tenemos colocados en las principales instituciones u organizaciones del país?
Lo peor es que Blesa, y los tipos como él, no estaban solos. Actuaba en connivencia con las élites políticas y económicas. Caja Madrid no fue solo el cortijo de Blesa, lo fue del PP y de algunos empresarios con muchos apuros y muy poca seriedad. Y el modelo se repitió, con mayor o menor gravedad, en otras comunidades autónomas, incluida la nuestra. Pero lo que se va sabiendo de la entidad financiera madrileña es pura pornografía, hasta ahora no igualada por ninguna otra. Aunque… Tiempo al tiempo.
Caja Madrid no fue la única caja que parecía un cortijo. Ni más ni menos que cerca de cerca de 100 responsables y ejecutivos de las antiguas cajas de ahorro han sido imputados en nueve procesos distintos y aún están pendientes de fallo judicial las causas de Caja CastillaLa Mancha, la CAM, Novacaixagalicia, Caixa del Penedés, Caja Navarra y Banca Cívica, Caja Segovia, Caja Duero y Caja España.